¡A cuidar la línea! ¿Masajes, aparatología o gimnasia?

Bajar de peso, adquirir tonicidad, tratar la celulitis o la flaccidez, no se consiguen con pases mágicos, ni ocurren de la noche a la mañana. Tener como premisa cambios de hábitos que son nocivos para la salud, puede servir como buen punto de partida para

¡A cuidar la línea! ¿Masajes, aparatología o gimnasia?

Ya lo sabemos. La rutina es vieja y reiterada cuando se acerca setiembre. Es justo allí cuando muchas mujeres que han sumado kilos, que no mantienen una alimentación sana, o que son sedentarias, se miran frente al espejo y caen en la cuenta: “¡Pero si el año pasado no tenía celulitis!”, “¡no puedo creer la flaccidez!”, “esta panza es de otra persona”.

¿La solución? Primero aceptar que lo que no se hizo desde hace tiempo, no puede modificarse en un 100%, como si se tratara de tener una varita mágica. Segundo, pensar que si nos ocupamos de manera saludable de las opciones posibles (en tratamientos, ejercicios y alimentación) podremos ver buenos resultados paulatinamente.

Tercero y fundamental: no hay soluciones mágicas, ni vamos a transformarnos en Catherine Fulop. Ella (como tantas otras) se dedica a su cuerpo desde hace años, todos los días, durante horas. Aún así, no olvidemos que las imágenes que se muestran (incluso las veinteañeras) tienen filtros y ediciones con Photoshop; ya que, salvo excepciones, por lo general la celulitis no perdona a nadie.

Con los pies sobre la tierra, y para estar mucho mejor físicamente, ¿qué sería lo más conveniente a la hora de bajar de peso y darle batalla a la flaccidez y la celulitis?

La kinesióloga y especialista en estética Marcela Ponchietti argumenta: "Todo lo que pueda hacerse trae un beneficio. Por ejemplo: el masaje reductor tiene muchísimos pros, y uno de los aspectos más importantes es hacerlo en un lugar o con personas que estén muy bien capacitadas para llevarlo a cabo, de lo contrario no se notará cambio alguno; como en todo se necesita de gente o centros serios".

Pero cuando hablamos de beneficios, no sólo apuntamos a la belleza. Así lo puntualiza la profesional: "Hacerse masajes reductores no sólo es para estar mejor físicamente desde lo externo, sino desde la salud, ya que ayudan a eliminar toxinas; porque al trabajar sobre el sistema linfático, ayudan a desprendernos de los desechos, reducir y darle batalla a la celulitis, disminuyéndola".

- ¿Es verdad que los tratamientos ayudan a bajar de peso?

- M.P.: En realidad este tipo de masajes (como la aparatología) ayudan a bajar el volumen de grasa. Eso no implica que la persona baje de peso, sino que al disminuir el volumen de determinadas zonas, también baja el edema, y ahí se va modificando la grasa.

Cuando está localizada en zonas complejas (por ejemplo en caras internas y externas de las piernas, o en el abdomen), lo que hace el masaje linfático es removerla, bajarla de la zona, movilizándola de manera profunda, y eliminando los desechos por orina.

Muchas veces me consultan mujeres deportistas que, por más ejercicio que hacen, no pueden desprenderse de determinada grasita, ya que si bien tonifican los músculos con la actividad, hay partes que no logran bajar. Allí es ideal el masaje manual, porque ayuda a eliminar la grasa a través del sistema linfático, además de sacar toxinas y tensar la piel mejorando el tono y la flaccidez.

Pero ojo, que hay que entender que los masajes y aparatología son sólo complementos de un estilo de vida.

Cuando los profesionales aluden a complementos y combinaciones efectivas, hablan de que los tratamientos por sí solos, no logran el cambio.

Según explica por su lado, Ariadna Luján, de Mafar Esthetic Center (Godoy Cruz): “Lo ideal no es optar por una cosa o la otra. Tanto los tratamientos, como hacer actividad física y una alimentación sana, son los factores que logran cambios y beneficios si se hacen conjuntamente.

Los tratamientos si bien ayudan para reducir, tonificar, y mejorar la celulitis de manera importante, tienen que combinarse con una visión saludable, es decir con hábitos que hagan que lo que se hace, dure en el tiempo, y se tenga como premisa la salud integral”.

- ¿Qué se logra a través del masaje y la aparatología?

-A.L.: Lo que la mayoría de los tratamientos hacen es acelerar el proceso de depuración del organismo (que hace su propio drenaje eliminando toxinas y excesos). Los tratamientos potencian el proceso depurativo, estimulando la elaboración de colágeno y elastina, y como consecuencia el aspecto de la piel y la celulitis. Además de eliminar desechos.

Por su lado, Ponchietti coincide: "Para notar una mejora en el volumen, el peso, la celulitis y flaccidez en el cuerpo es fundamental sumar (además de los masajes y la aparatología), ejercicio físico a diario, y comer saludablemente. Si se está a dieta realizarla con una profesional que guíe a la persona; además de   tomar mucha agua y mantenerse abierto a cambiar los hábitos  nocivos por otros más sanos. De lo contrario nada se puede mantener en el tiempo.

“Otro consejo es hacer apoyo desde casa, con cremas que la misma persona puede aplicarse diariamente. Es importante que tengan algunos ingredientes cono cafeína, castaña de indias, vitamina A (para la tensión), vitamina Q10, y centella asiática para la celulitis.

El brillo y tono de la piel se recuperan mucho con el aceite de rosa mosqueta y almendras”.

Las contraindicaciones

Ambas profesionales hicieron hincapié en que los tratamientos estéticos no son para todo el mundo.

“Ni embarazadas, ni hipertensos pueden hacerse los masajes reductores. En el caso de éstos últimos porque al realizarse con presión y fuerza, tienden a aumentar la presión.

Tampoco se puede hacer en personas que tengan problemas en sus riñones, ya que toda la grasa se elimina por orina, ni aquellos con alergias en la piel hacia determinadas cremas o emulsiones”, detalló la kinesióloga.

Por su lado, Luján explicitó que “no están indicados en  personas que hayan tenido hepatitis, enfermedades como cáncer, o madres en período de lactancia”.

Aparatología y masajes reductores

Los tratamientos necesitan complementarse siempre con actividad física y alimentación sana, y requieren un mantenimiento. Si todo se hace bien, al mes de iniciados, pueden llegar a verse resultados; ya que todo suma a la hora de sacar la grasita difícil y a desincharse, mejorando el metabolismo y haciendo que la mujer se vea y sienta más estilizada.

Si nos preguntamos por la aparatología es notable también su aporte. “Ayudan a notar antes el beneficio. En los centros de estética ofrecen electrodos, ultrasonido y masajes, así como también botas de drenaje linfático. De todas maneras para mí, los masajes son muy positivos en todo sentido”, contó la kinesióloga.

La tecnología al servicio de la estética y la salud ha generado también el apogeo de métodos  como la criolipólisis y la ultracavitación.

“Ambos trabajan sobre el tejido adiposo, con resultados notorios. En el primer caso lo que se hace es exponer al frío a este tejido, que congela la grasa, cristalizándola y haciendo que por determinado proceso, muera el tejido graso, eliminándolo por la orina o transpiración.

Por su lado, la ultracavitación lo que hace es ir disminuyendo el tejido adiposo, como un globo que se va desinflando. Por ello se le llama liposucción sin cirugía. En este procedimiento la grasa se metaboliza en el hígado y se elimina por la orina; por lo que hay que tomar mucha agua antes, durante y después del tratamiento.

En la criolipólisis, si bien el proceso de cambio es más lento en el tiempo, dura más ya que en lugar de bajar la grasa como en la ultracavitación, lo que se hace es eliminarla”, detalló Luján.

De acuerdo a la especialista “el valor promedio de los tratamientos en nuestro centro (van de 1 a dos meses) tienen un valor  que va desde los $ 2.000 a $3.500, para los más completos. Implican masajes reductores, electroestimulación, drenaje linfático, ultracavitación y dermología”.

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