La arcilla es un elemento de cosmética y belleza utilizado para dar mayor salud a la piel desde épocas antiguas. Ésta ayuda a liberar toxinas y suciedad que a lo largo del tiempo se acumula en los poros de la piel degenerándola lentamente.
Luego de una mascarilla de este mágico barro la sensación de frescura, brillo y suavidad es inmediata, este efecto es producto de sus cualidades exfoliantes. Existen diversos tipos de arcilla y se diferencian por su color y composición química, siendo algunas más adecuadas dependiendo el tipo de piel. La forma tradicional de prepararla es mezclándola con agua tibia hasta formar una pasta y luego colocándola en la piel hasta que seca; algunos profesionales recomiendan mezclarla con té de tilo, agua de rosas, aceite de almendras o de caléndula para potenciar sus cualidades.
La arcilla para rostro es muy fácil de conseguir en cualquier dietética o tienda naturista dedicada a productos de cosmética; es importante tener en cuenta que se debe usar cada ocho o diez días ya que de usarla en exceso podría resecar demasiado la piel.