Todos los pasajeros que van a embarcar a un avión deben pasar un control de seguridad para evitar introducir artículos prohibidos antes de a la zona restringida de seguridad y a bordo de las aeronaves. Para ello, pasan a través de un arco detector de metales, mientras que su equipaje de mano y el resto de los objetos que lleven consigo (abrigos, camperas, celulares, llaves...) pasan por un escáner de rayos x. Además, algunos pasajeros pueden ser sometidos a inspecciones adicionales.
Los líquidos que sobrepasan los 100 ml, armas, objetos punzantes, drogas, comida... son objetos prohibidos que los viajeros saben que no deben llevar, pero hay otros que quizá no encajan en esta descripción y generan sorpresas entre los agentes de seguridad. Aquí algunos ejemplos.
Hace ya unos años, en el aeropuerto de Melbourne (Australia) un hombre de 23 años intentó engañar a las autoridades australianas al esconder dos palomas envueltas en sobres acolchados y sujetos a sus piernas con un par de medias. Los pájaros llegaron vivos a Dubai (Emiratos Árabes Unidos). Los cargos de contrabando de fauna silvestre conllevan una pena máxima de 10 años de prisión y una multa de 110.000 dólares australianos (70.000 euros).
Pero no es el único caso de transporte ilegal de animales. En 2010, una mujer intentó viajar de Bangkok a Irán con un tigre de dos meses en su maleta. El animal iba drogado rodeado por peluches con forma de tigre para despistar a primera vista, pero la máquina de rayos x del aeropuerto de Bangkok (Tailandia) detectó los latidos del corazón del animal, y lo rescataron. La mujer fue multada y encarcelada.
Puede que no sean todos grandes animales: 90 kg de orugas muertas es lo que llevaba en su equipaje un pasajero que pretendía volar en el aeropuerto de Gatwick (Londres). Afirmaba que eran para comer, para consumo propio.
También hubo intento de pasar personas. Una mujer y su hija intentaron embarcar a un muerto para no tener que pagar los costos de repatriación de Liverpool a Berlín. El fallecido, de 91 años, iba en silla de ruedas y llevaba anteojos de sol, pero no pasó los controles. Los familiares fueron arrestados bajo sospecha de no haber notificado una muerte.
También las partes de un cuerpo humano son curiosos objetos que se han encontrado en maletas, como lo que encontraron en el aeropuerto de de London's Stansted, dentro de un tarro de mermelada: 10 glóbulos oculares humanos flotando en una especie de gelatina.
Otro pasajero decidió llevar un cráneo humano entero. En 2016, un hombre alemán fue arrestado por la posesión ilegal de restos humanos aunque afirmó haberlo comprado en un mercadillo de Roma por 50 euros.
Quizá lo más sorprendente fue el accionar de una pareja egipcia que decidió "pasar" a su hijo, un bebé de 5 meses porque no tenía visado y tenían que esperar dos días para conseguirlo: ante la desesperación decidieron pasarlo dentro de una bolsa de equipaje a través del aeropuerto de Sharjah en los Emiratos Árabes Unidos en 2012. El niño se encontraba bien, pero sus padres fueron arrestados por poner su vida en peligro.
Si hablamos del cómo y no del qué hay varios casos. Como el hombre que utilizó su propio cuerpo para transportar, escondidos en el recto, exactamente seis barritas de 100 gr de oro cada una en el aeropuerto Internacional Rajiv Gandhi (India). O una ciudadana surcoreana fue detenida en el aeropuerto chino de Guangzhou cuando intentaba pasar los controles de seguridad con la boca llena de... ¡renacuajos!