Los ejercicios no son nuevos, pero en la nueva moda en fitness, denominada “freeletics”, tienen otros nombres: las sentadillas se llaman squats, las flexiones pushups y los saltos de rana froggers. Si bien los freeletics no consisten en nada nuevo, se les ha dado a los ejercicios una nueva forma para que la gente no entrene sin objetivos y aleatoriamente, sino de forma eficiente y sostenida.
Los atletas entrenan sólo con el peso de su cuerpo, sin aparatos. Los planes de entrenamiento, que se van actualizando regularmente de acuerdo con el desempeño, son elaborados por un coach electrónico que se puede buscar en una página de Internet o a través de una app de smartphone.
Freeletics promete mucho: garantiza el cuerpo soñado en apenas 15 semanas.
Para ello, la exigencia es máxima. Sin embargo, es lo que buscan los clientes. No se trata de entrenar en una zona de confort, sino de exigirse cada vez más.
Los especialistas creen que el programa es adecuado para personas jóvenes, sanas y en forma. Para los de más de 30, lo ideal es ir primero a un gimnasio y entrenarse bien antes de comenzar con el programa.
El entrenamiento consiste en ejercicios que duran entre 15 y 45 minutos y se componen de distintos movimientos como angelitos y dominadas. A éstos se suman carreras cortas. El indicador de rendimiento consiste en la realización correcta de los ejercicios y la pregunta: ¿cuántos ejercicios logro hacer en cuánto tiempo?
La disciplina está basada en el high intensity training (entrenamiento de alta intensidad o HIT, por sus siglas en inglés), es decir, unidades intensivas de duración corta que llevan al deportista al límite. Este tipo de entrenamiento apuesta a la fuerza y a la resistencia.
El objetivo es maximizar el rendimiento, es decir, hacer el mayor trabajo posible en el menor tiempo. Eso es lo que hace al entrenamiento tan eficiente y el motivo por el cual los resultados se notan rápido.
Algunos especialistas consideran que el programa de freeletics es extremo e imposible de llevar adelante para personas comunes. Otros creen que se entrena al límite de la sobrecarga. Sin embargo, hay personas que encuentran cierto placer en ello.
Los freeletics no apuestan sólo a entrenar con el peso del propio cuerpo para no depender de aparatos. La clave es lo que se conoce como el “functional training”, es decir, aprender patrones de movimiento eficientes para el día a día.
Sin embargo, si no se tiene mucha experiencia en ejercicios, a veces es mejor empezar a entrenar con aparatos, ya que éstos guían el movimiento. Además, en los freeletics no hay un entrenador de carne y hueso que pueda corregir errores en la concreción del ejercicio.
En Internet hay tutoriales para asegurarse de que se están haciendo bien los movimientos, aunque, en general, es difícil para la persona que está ejercitando prestar atención a si, a la vez, lo está haciendo bien.