Existe el mito de que cuando tomamos una bebida deportiva sumamos calorías extras a nuestro organismo. Sin embargo, hay buena evidencia de que la incorporación de esta bebida en actividades de una hora o más nos asegura en las siguientes 24 horas una reducción significativa de 330 calorías en la ingesta posterior total de alimentos.
Sencillo, parecería ser que tomar una bebida con sabor y algo de carbohidratos durante el esfuerzo, nos haría comer menos el resto del día.