Cuando Windows 10 apareció en Julio de este año mayormente obtuvo reseñas positivas. Nueva interfaz más clásica, el regreso del menú inicio, excelente performance en equipos sin mucha memoria y protección antivirus de fábrica.
¿Qué puede salir mal? Bueno, lo único que hasta ahora ha salido muy mal es que todas las personas que no desean actualizar a Windows 10 están teniendo problemas para evitar que Microsoft deje de molestarlos al respecto.
Primero empezaron los carteles automáticos que te invitaban a descargar Windows 10. Luego Microsoft lanzó un parche que automáticamente baja los 6 GB de la instalación del nuevo Windows sin consultarle al usuario. Ahora la empresa no solo baja el programa sino que insiste día y noche en mostrar notificaciones para que el usuario acepte la instalación. ¡Ya basta! Para nuestra suerte con una simple herramienta esto puede solucionarse.