Si observamos el mundo de las plataformas online parecería que hay poco lugar para nuevos jugadores. Google, Microsoft, Apple y Facebook ya se repartieron un pedazo del mercado.
Aunque eso no quiere decir que no puedan existir nuevos y excitantes servicios que pateen el tablero de lo preexistente. Spotify es uno de esos ejemplos. La red de música en línea lanzada en 2006 se ha convertido en el producto número uno en todo el mundo mediante el cual millones de suscriptores acceden a música ilimitada sin costo, desplazando a la tienda iTunes como distribuidor de audio por Internet.
Claro que el sustento de un negocio como Spotify son las ganancias por publicidad, un terreno más que protegido por el gigante sueco. Pero ahora un grupo de jóvenes españoles quieren instaurar un nuevo servicio gratuito que tiene una particularidad asombrosa: no hay que escuchar publicidad al usarlo. ¿Cómo es posible?