No sólo el comienzo de clases en el día de ayer marca un antes y un después en la adaptación que los seres humanos (padres e hijos) tienen que lograr, luego del período de descanso. También la vuelta a la cotidianidad para las mascotas, después de haber compartido en familia las vacaciones es un verdadero desafío.
De hecho, se habla de la denominada "depresión post vacacional", por la cual, los perros pueden sufrir cambios en su comportamiento como inapetencia, conductas destructivas o problemas de control de esfínteres. Y hasta quieren escaparse de la casa.
¿Cómo ayudarlos? Lo que tenés que saber en esta nota.
Perritos tristes
Algunos perros, al igual que ciertas personas sufren un período de depresión una vez que termina el descanso, ya que se habían acostumbrado a disfrutar de la compañía de sus dueños, a pasear por la playa y a comer todo tipo de delicias. Algo que hace que el regreso a la rutina pueda resultar más duro.
A diferencia de los niños, las mascotas no comprenden las diferencias entre el tiempo de descanso y el de obligaciones. Por eso, al regresar a casa pueden caer en una depresión.
Si el perro presenta cambios notables en su comportamiento, puede estar ante problemas psicológicos. Algunos de los síntomas que debemos observar son:
Falta de hambre.
Conductas destructivas.
movimientos repetitivos.
Problemas de control de esfínteres.
Fuga del hogar.
¿Como ayudarlos? Tratando de hacer que el período de adaptación sea lo menos traumático posible. Tips guía:
Durante las vacaciones, nuestro perro practicó una gran cantidad de actividad física y ahora está obligado a volver al ocio. Por ello, se lo puede entretener con paseos y juegos.
Para ordenar la sensación de apetito que despiertan las vacaciones conviene repartir el alimento diario en un mayor número de porciones, pero de menor cantidad. De esta manera, se disminuirá la ansiedad que se puede producir al tener más tiempo desocupado.
Llevarlo al médico veterinario para realizar un chequeo físico completo y determinar, por ejemplo, si tiene pulgas o garrapatas. Se deben revisar las orejas y el cuello, que son lugares donde se pueden encontrar estos parásitos.
Para reducir los niveles de estrés una alternativa es bañarlo con agua tibia y aplicar un champú específico para mascotas. También podemos darle suaves masajes con cremas: si el perro nadó en el mar y se revolcó en la arena, lo más seguro es que su piel se encuentre deshidratada.
Por último y principal, desarrollar con ellos la paciencia, ya que sus tiempos de adaptación son diferentes a los nuestros. CC