1- El cargador del celular. Comprar uno genérico para tu smartphone última generación no te inspira confianza o te lo quieren cobrar como el original. Y el original sale ¡fortunas! Además, ¿para qué querés otro? Tenés el de la oficina, el de casa y el del auto. Mejor empacarlo antes que nada y evitar un gasto inútil.
2- El bloqueador solar. Además de comprar algo que ya tenés y usás solo de vez en cuando, gastar en un nuevo factor 50 implica seguir llenando tu casa de frascos a medio uso. Si tu destino playero es fuera del país, preparate para desembolsar una suma innecesaria en un protector solar para evitar ampollarte el primer día.
3-El adaptador para el tomacorriente. Tres patas a dos, o el famoso adaptador universal amigable con cualquier destino. Los que acostumbran a pasar sus vacaciones en Chile, probablemente tengan una colección de adaptadores para todos los integrantes de la familia, sus celulares, tablets y notebooks. En cualquier destino se pueden comprar, pero a precio "cara de turista que no tiene más remedio".
4-El impermeable/ paraguas. Lamentás no haber empacado esa capa amarillo flúo que compraste hace años en Cuzco y no volviste a usar o la que te dieron en el Parque de la Costa, o esa otra la del paseo en barco de las Cataratas ¡y ahora tenés que comprar otra! Si vas a un destino lluvioso, mejor ir preparado. Cada vez que te lo olvidás, te comprás el más barato que conseguís en el destino. Mejor dejar de coleccionar paraguas horribles y cargar uno pocket
5-El traje de baño. No llevarlo porque a dónde vas no hace calor es un argumento demodé. El hotel o la cabaña te pueden sorprender con una pileta climatizada, y para disfrutarla vas a tener que salir de apuro a adquirir alguna, seguro fea, eso sí, carísima. Y si es un sitio de río o mar, el olvido es peor.
6-La cámara de fotos y sus accesorios. Si no es una compra prevista dentro de tu viaje porque tu equipo necesita un refresh, mejor ser puntilloso y verificar que al momento de salir estén las baterías, cargadores y tarjetas de memoria.
7-Los medicamentos. Analgésicos, antifebriles y digestivos de uso cotidiano en una ziploc sacan de apuro y evitan una compra inútil. Los medicamentos que requieren receta deparan en el viaje una visita a un médico del seguro de viaje.
8-Ropa interior. ¡No me digas que nunca te pasó! Te das una ducha en el hotel y no hay qué ponerse. Otra vez gasto innecesario, si es que tenés algún sitio para ir de compras y no te pasa en medio del Parque Nacional Los Alerces en tu verano de mochilera/o.
9-El gorro para el sol. Tenés un muestrario de gorras que jamás volvés a usar con bordados polémicos del destino turístico de tus últimos cinco veraneos. Es el momento de prestar atención y darle uso al sombrero pampa que te compraste en un apuro de esos (pero que se sigue viendo cancherísimo) o tu gorra favorita con protección UV. o mismo se aplica a la lonita de playa...
10-El mate. Sobre todo, para los fundamentalistas de la infusión nacional que planean una escapada fuera del país. Ir por yerba a las tiendas de productos gourmet importados ¡Arriba las manos!