Históricamente el hombre ha participado en el control de la natalidad. Su rol en la anticoncepción ha ido desde el uso de preservativos, el coito interrumpido, etapas de abstinencia, hasta la vasectomía. Pero, a partir de 2016, podrán escoger un nuevo método: las primeras pastillas anticonceptivas para hombres.
Es así. Resulta que en la Isla de Papúa, en Indonesia, existe una planta llamada Justica Gendarussa, un arbusto que permite a los hombres del lugar no dejar embarazadas a sus mujeres. La toman como infusión, minutos antes de tener relaciones sexuales, con un alto grado de efectividad.
Hacia allá fueron los científicos que lograron dar en la tecla al inspirarse en esta planta, utilizada por los varones de los pueblos originarios de esta exótica isla. Según informa Bambang Prajogo -uno de los científicos que desarrolló el método-, esperan que esta pastilla se comercialice en el mundo entero a partir de 2016. El anuncio fue publicado en la revista Good.
Es sabido que los pueblos tradicionales han hecho uso de la naturaleza, y en particular de las plantas, para ayudar a tratar las dolencias de sus pobladores desde antaño, "podemos ver (luego de analizar diversos ejemplos) que el conocimiento empírico de las sociedades tradicionales no se debe subestimar y debe ser motivo de inspiración para los científicos y las industrias farmacéuticas del presente y el caso de la Justicia Gendarussa podría ser uno de los casos", afirma Martín Guerrero, médico egresado de la Universidad Nacional de Cuyo y estudiante del doctorado en Ciencias Biológicas.
-¿Cómo funcionan estas pastillas anticonceptivas masculinas?
-Su trabajo es debilitar las enzimas que están en la cabeza del espermatozoide, disminuyendo la capacidad de estos para penetrar el óvulo. Según plantean los científicos, la píldora se tomaría una vez al día y los hombres volverían a ser fértiles 30 días después de tomarla, ya que su efecto es a corto plazo y reversible. Aseguran que su efectividad es de un 99% y no afecta a nivel hormonal, ni produce efectos secundarios como náuseas, acné o sangrado. Sí puede aumentar la libido en los pacientes y modificar un poco el peso.
¿Es posible que funcionen?
Guerrero afirma que sí, es posible que este tipo de anticonceptivo funcione.
El espermatozoide en su cabeza tiene una gran vesícula llamada acrosoma. Dentro de él hay una serie de moléculas (entre ellas la Hialuronidasa) que, cuando se acerca al óvulo (más específicamente a la zona pelúcida, que viene a ser una capa externa que rodea al óvulo y le da protección) se liberan en la llamada "reacción acrosomal".
Estas enzimas permiten al espermatozoide sobrepasar esa barrera protectora e introducirse en el óvulo para lograr la fecundación. De ser efectivo el tratamiento, el compuesto activo de la planta inactivaría la hialuronidasa, impidiendo la degradación de las proteínas que le dan integridad a la zona pelúcida y, por lo tanto, inhibirían la fecundación del óvulo por el espermatozoide.
Sus ventajas
El profesional mendocino plantea que un método anticonceptivo de estas características tendría como ventaja el no modificar los niveles hormonales del hombre, los cuales le otorgarían una clara mejoría con respecto a los anticonceptivos hormonales femeninos.
Si bien otros métodos anticonceptivos masculinos existen en el presente (condones, geles, vasectomía) ninguno es perfecto, y no han sido ampliamente adoptados por la comunidad masculina por no cumplir con los requerimientos de seguridad: los geles no tienen buen margen de seguridad, reversibilidad (la vasectomía, además de que es un procedimiento invasivo y de mayor costo no siempre es reversible) y confort (muchos hombres tienen inconvenientes con los preservativos y muchos discontinúan su uso por cuestiones de sensibilidad, o por la incomodidad de ponérselo justo antes del acto sexual).
¿Qué impacto tendrían a nivel social?
Desde el punto de vista social sería una importante herramienta de protección y podría ser de utilidad para controlar la natalidad ya que, en combinación con cualquier otro método anticonceptivo, disminuiría enormemente la posibilidad de “accidentes” y, por lo tanto, de embarazos no deseados.
Es importante recalcar, dice Guerrero, que el hombre también tiene derecho a decidir el momento adecuado para convertirse en padre y éste sería un importante recurso con el que los hombres podrían contar a la hora de tomar la decisión de tener hijos o no con una pareja.
También -agrega el médico-, las compañías que los desarrollan deben realizar ensayos clínicos sumamente rigurosos para certificar la seguridad de la droga, determinar con precisión la relación riesgo/beneficio, además de determinar los detalles farmacocinéticos (cuál es el mejor modo de administrarla, cuánto dura en el organismo, cuál es la forma de depuración de la droga, etc.), y los efectos adversos entre otras cosas.
Estos ensayos, por lo general, suelen ser prolongados y muchas veces se extienden durante más de 10 años; por lo cual, es difícil saber si el compuesto o la droga en cuestión tienen el potencial de sobrepasar todos estos controles. Y más difícil es estimar cuando podría salir al mercado (a pesar de que en las noticias sobre esta investigación anuncia el 2016 como fecha altamente probable).
Un consejo que nunca está de más
Martín Guerrero concluye su análisis con una reflexión: tanto la pastilla hormonal femenina, como esta posible píldora, son anticonceptivos; pero no cumplen el rol de proteger a la pareja de enfermedades de transmisión sexual.
Muchas veces, ante el sexo casual o en parejas que recién se están consolidando, sus integrantes deciden utilizar el preservativo por ser uno de los métodos más accesibles, baratos e inmediatos para prevenir el embarazo. Sin embargo, la existencia de una pastilla de estas características podría conllevar un mayor abandono al preservativo que, por ahora, es nuestro único y más importante aliado en la prevención de las enfermedades de transmisión sexual. Por este motivo es sumamente importante que, con o sin pastillas anticonceptivas, todas aquellas parejas que tengan algún tipo de duda utilicen el preservativo.
