Durante una ruta por Europa, María Marta de la Reta destinó una semana a San Sebastián para, desde allí, conocer el pueblo de sus antepasados: Andoáin. Ella buscaba la iglesia de San Martín de Tours o la Casa de Acelain, ambas conectadas con su pasado familiar. Encontró a un señor solitario en una plaza y decidió preguntarle. ¡Las casualidades existen!
El hombre le dijo que conocía aquella casa pero que había sido destruida por la ruta Madrid-Irún. A continuación le contó que aquella vivienda la había comprado su suegro. Todavía conservaba un cuadro con la imagen y "les enviaría una foto por correo", se comprometió.
Aunque la búsqueda no terminó ahí. María Marta ya sabía, mediante una investigación previa que había hecho su papá, que su apellido originalmente era Larreta y que había sido modificado por quien escribió el ingreso a la Argentina. En el País Vasco, consiguió la partida de nacimiento de ese primer ancestro que había llegado al territorio argentino. "Me fui con esa partida que cerraba nuestra historia" recuerda, y agrega: "Yo estaba emocionada de pisar esos lugares donde habían estado mis antepasados".
Dos periodistas, una misma familia
El tatarabuelo de Javier Sinay emigró junto a su familia desde Grodno, una ciudad de Bielorrusia, en 1894. A diferencia de muchas familias argentinas de origen judío, la suya no se instaló en el país debido a la amenaza Nazi. "Se fueron no porque no tuvieran una vida digna o fueran pobres, sino porque soñaban con trabajar la tierra y en las colonias agrícolas argentinas podían hacerlo" cuenta Javier. Algunos años atrás, movido por un artículo que había escrito su bisabuelo, periodista al igual que él, Javier comenzó a indagar en el pasado familiar.
"Ese artículo, publicado en 1947, era una memoria sobre una serie de asesinatos cometidos en la colonia agrícola de Moisés Ville, en la provincia de Santa Fe, entre 1889 y 1906. En 2009 yo me propuse buscar más información. Pero no me imaginé que en torno a esos homicidios se abrirían muchas más preguntas. Algunas generales, sobre la llegada de los gringos al campo argentino y el disciplinamiento de los gauchos. Y otras más personales, sobre el viaje de mi familia desde Grodno hasta Moisés Ville" explica Javier. Este año, un viaje desde España a Japón fue la excusa perfecta para hacer una parada en Grodno.
"En Argentina mi bisabuelo editaba y escribía la revista "Grodner Opklangen" (Ecos de las campanas de Grodno) y como yo tenía unos ejemplares, los llevé a Grodno. Se los dejé a la gente de allá, y para mí fue muy emocionante ver cómo ellos se sorprendían y se emocionaban también con esa revista en sus manos, que era casi como una botella lanzada al mar por una generación que ya no está. Ellos nunca habían tenido esos ejemplares en las manos y ni siquiera sabían de la existencia de la revista, pero obviamente reconocían las fotos y los temas. Para mí siempre es gratificante hacer que los relatos continúen, así que al dejarles estas páginas gastadas en sus manos, pienso que pude ayudar a que volvieran a la vida luego de varias décadas." asegura Javier.
El viaje a los orígenes
Ya sea como forma de acercarse a esos recuerdos de los que han oído hablar una y otra vez, o como manera de llenar los silencios que dejaron los antepasados, este tipo de travesías ganan protagonismo en los planes de muchos viajeros. Hoy las nuevas generaciones se atreven a indagar en ese pasado. Quizás por la distancia que dan los años. Quizá como forma de curar viejas heridas familiares. Quizá para retornar a ese viejo hogar al que sus antepasados nunca pudieron volver, ni tampoco olvidar.
"Una persona que se embarca a conocer el pueblo de sus antepasados conecta con la idea o percepción que de esa manera va a descubrir ciertas cosas de su historia familiar que le van a dar respuesta a preguntas que él tiene de su propia historia" explica la licenciada en psicología, Laura Comadrán.
"Muchas veces hay cosas en una generación que no se elaboran o se vuelven conflictivas y se convierten en tabú. Si en la generación de tus abuelos pasó un conflicto con algo particular, la generación que sigue, que es la de tus papás, tiene el registro que de eso no se puede hablar. Pero de alguna manera se transmite irracionalmente a la generación siguiente" explica y agrega: "Ésas son las que de alguna forma lo ponen de manifiesto".
En ídish -la lengua de los judíos en Europa del Este- alter heim significa viejo hogar dice Javier Sinay en una de sus notas. Quizá la búsqueda de las raíces se trata de eso. De viajar a un lugar que nunca antes se había visitado y al que, sin embargo, se regresa.