Hace algunas semanas se cumplieron tres décadas del primer gesto formal del grupo pop y new wave que Cerati impulsó junto a sus jóvenes compañeros de andanzas: el baterista Charly Alberti y el bajista Zeta Bosio.
La placa inaugural del conjunto que años después se convertiría en un fenómeno regional capaz de demostrar que la cultura rock y sus diversas corrientes sonoras podían ser parte de un lenguaje común para las nuevas generaciones, contó con la producción de otro artista icónico de la época: el líder de Virus, Federico Moura.
Capaz de cultivar la crítica desde un humor que sonaba demasiado irreverente para un país que asomaba de la larga noche de la dictadura, Cerati firmó canciones que pintaban su tiempo pero también anticipaban lo que vendría como “Sobredosis de TV” y “Dietético”.
También de su cosecha personal apareció “Un misil en mi placard”, en yunta con Alberti, “¿Por qué no puedo ser del jet set?” y, como creación del terceto, “Te hacen falta vitaminas” y “Mi novia tiene bíceps”.
Entre los 11 temas del álbum aparecía también la bella balada “Trátame suavemente”, compuesta por Daniel Melero, otro nombre fundamental en ese tiempo y en el devenir de Soda y de Gustavo.
El disco se presentó en vivo el 1 de octubre de 1984 en el subsuelo de uno de los locales de comida rápida de Pumper Nic.
Aunque el camino de Cerati fue más ancho, hondo y profuso con el correr de los años, la historia marcará para siempre esta muestra inaugural de una sensibilidad dispuesta a marcar a fuego la cultura pop de estas tierras.