En la era de Facebook, en realidad no debería ser un problema encontrar amigos. Esto puede ser así en el mundo digital. Sin embargo, para quienes se encuentran en la plenitud de su vida puede resultar difícil. ¿Por qué suele ser un problema para los adultos?
Durante la niñez y la adolescencia, las amistades surgen espontáneamente. Los chicos unidos por la amistad desafían la seguridad del vecindario, primero juegan durante todas las tardes y después festejan todas las noches. También como estudiante, es fácil que el compañero de curso se convierta en amigo. La explicación es fácil: "En la primera fase de la vida, sea en el jardín de infancia, en la escuela o en la universidad, uno forma parte todo el día de grupos fijos y se ocupa de los mismos temas", explica el psicoterapeuta alemán Wolfgang Krüger, autor de un libro titulado "Cómo ganar amigos para toda vida: Sobre la felicidad de una relación especial".
A ello se añade el hecho de que hasta la edad de 25 años la proporción de personas independientes aún es alta. Y esas personas necesitan amistades, dice Krüger. Sin embargo, todo eso cambia cuando uno tiene un empleo, una pareja e hijos. Por esto, a partir de los 30 años aproximadamente comienza a ser bastante más difícil encontrar amigos, según el psicoterapeuta berlinés.
Para Kathy, una mujer de 34 años de la ciudad de Chemnitz, el primer cambio radical llegó cuando después de los estudios muchos amigos abandonaron la ciudad. Aunque los contactos se mantuvieron, los encuentros con los amigos han sido hasta ahora muy poco frecuentes debido a las distancias. Luego, cuando tenía 30 años, tuvo un hijo, el segundo motivo de un distanciamiento. "Después del nacimiento, cultivar amistades se complicó enormemente", dice Kathy. La prioridad era su hijo. Entonces, también comenzaron a escasear los encuentros con aquellos amigos que seguían viviendo en la ciudad.
Entre tanto, el hijo entró en el jardín de infancia. Aunque la joven madre estableció allí nuevo contactos, estos más bien tenían un sentido práctico. "La gente se fija sobre todo en si los niños se llevan bien entre ellos", no en la relación entre los padres.
El empleo y la familia no tienen por qué ser un freno para las amistades", opina Martin Hecht, autor del libro "Verdaderos amigos - Sobre el arte de la amistad". "Yo mismo tengo un hijo de 13 años a través del cual conocí a padres de otros hijos", señala Hecht. Si hay intereses y vivencias comunes, es más fácil desarrollar relaciones con otras personas, explica. En su opinión, también el trabajo puede ayudar a conocer gente nueva. "Hoy en día, el trabajo muchas veces ofrece un espacio para el intercambio de experiencias".
Sin embargo, también hay otros caminos, al margen del trabajo y de la familia, para encontrar nuevos amigos. En ese sentido es útil dejarse guiar por los propios intereses. "Si a usted le gusta pintar acuarelas, podría apuntarse a un curso de pintura", dice Hecht para citar un ejemplo. Es muy probable que en ese curso haya personas con intereses similares: eso es una buena base para las amistades porque compartir intereses y experiencias permite conocerse personalmente.
Es importante ser capaz de acercarse a la gente. Se necesita un poco de seguridad en sí mismo para invitar a otra persona a tomar una cerveza. Wolfgang Krüger está convencido de que "eso se puede aprender". A tal efecto, recomienda que uno se pregunte qué le puede ofrecer a otra persona con la propia personalidad.
La comprensión puede ayudar a mantener la amistad, porque los amigos tienen sus propias personalidades que pueden cambiar. Por ejemplo, es posible que alguien que en el pasado iba de fiesta en fiesta ahora considere más atractiva la vida familiar o que alguien que antes era un tipo convencional ahora conduzca un coche de gran potencia y guste de comer en restaurantes caros. "Si los amigos cambian, es mejor aceptarlo y adaptarse a ello", recomienda Hecht.
Johannes, de 30 años, experimentó tal cambio en su propia vida: desde hace un año tiene una relación a distancia. "Cuando tengo tiempo libre, mi amiga es la prioridad", dice este estudiante berlinés. La consecuencia es que sólo puede dedicarse a sus amigos cuando ella no está en la ciudad o cuando él no la está visitando en Bremen.
Cultivar amistades en estas circunstancias no es fácil, pero sus amigos aceptan la situación, para alegría de Johannes, porque su novia no comparte todos los intereses y porque a él le gusta mucho ver de vez en cuando el fútbol y tomar una cervecita con los amigos.
Los amigos son una parte importante de la vida. Por esto, Krüger recomienda no descuidar las amistades por el hecho de que los hijos están ahora en el centro de la atención, por ejemplo. En algún momento, los hijos abandonarán la casa para independizarse, y tales cambios muchas veces crean agujeros emocionales, sobre todo cuando no hay amigos a quienes recurrir. Sin embargo, nunca es demasiado tarde para buscar nuevos amigos, subraya Hecht: "A cualquier edad se pueden establecer amistades".
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