Es mucha el agua que ha pasado debajo de los puentes desde aquel 17 de julio de 2008, cuando la presidenta de la Nación anunció el envío al Congreso del proyecto de ley para la estatización de Aerolíneas Argentinas, indicando que la operación permitiría garantizar la continuidad del servicio aéreo y asegurar los 9 mil puestos de trabajo.
También de lo que ocurrió desde el 16 de julio de 2008, cuando Mariano Recalde se hizo cargo de la gestión de la empresa, la que contó con el aval de los gobernadores provinciales de todo el país (a excepción de Córdoba y Santa Cruz) quienes, en una solicitada, apoyaron la decisión de la Presidenta, argumentando que “siendo la Argentina el octavo país más extenso de la tierra, se trataba de una herramienta fundamental para llegar a cada punto del país, en razón de que las líneas aéreas privadas sólo operan los destinos rentables, dejando fuera de su red a una gran cantidad de ciudades del interior”.
Lo que los mandatarios provinciales no tuvieron en cuenta al apoyar la solicitada fueron los millones de pesos que el país otorga en subsidios a la empresa, que equivalen a 12,4 millones de pesos por día. Desde su estatización hasta el momento, el Estado Nacional ha transferido a la empresa casi 5 mil millones de dólares.
Sin embargo, Aerolíneas Argentinas y Austral no sólo son las dos líneas aéreas que más dinero pierden en la región sino que siguen exhibiendo los peores índices de desempeño, tanto en la utilización de la flota como en la cantidad y productividad de su personal.
De acuerdo con los datos proporcionados por una consultora de Estados Unidos, a solicitud de Mariano Recalde, cada día los aviones de Aerolíneas y de Austral vuelan una hora y media menos que sus competidores de otros países.
Destaca que las dos empresas tienen sus aviones en el aire 10 horas por día, por debajo de sus competidores regionales como Copa (Panamá, 11,1 horas por día); Gol (Brasil, 11,2 horas); Aeroméxico (México, 11,4) y Latam (alianza entre LAN de Chile y TAM de Brasil, con 11,5 horas). En lo relacionado con la cantidad de empleados por avión, AA y Austral, juntas, tienen una incidencia que las ubican entre las más superpobladas del mundo.
Según el informe, a diciembre de 2014 había 179 empleados por cada avión, mientras Latam tiene 156, Aeroméxico 117, Avianca 116, Copa 96 y Gol 56. También indica que por cada empleado fueron despachados 749 pasajeros, contra 983 de Latam, 1.134 de Aeroméxico, 1.296 de Avianca, 1.312 de Copa y 2.225 de Gol.
También resulta llamativa e inquietante la información relacionada con los pilotos, en razón de que las dos empresas argentinas son las que cuentan con mayor cantidad de pilotos por avión, con un promedio de 20, frente a los 12,1 de Latam y 11,4 de Copa y, mientras los pilotos de AA y Austral volaron el año pasado 339 “horas block”, los de Copa lo hicieron 681 horas y los de Latam 696.
El informe intenta plantear un plano positivo cuando relaciona la situación de la empresa en 2014 en comparación con lo que sucedía en 2009, año de la estatización, aunque advierte que ninguna de las recomendaciones y proyecciones que se habían hecho en aquel año terminaron cumpliéndose.
Mejorar la situación de la empresa será la tarea, encomiable por cierto, que tocará enfrentar a las futuras autoridades de la empresa para revertir la actual situación, gane quien ganare los comicios de octubre, porque difícilmente siga siendo conducida por el joven integrante de La Cámpora. Los números son concluyentes en el sentido de que hace falta modificar la actual situación.
