Amparo González Casale es una destacada jugadora, muy joven, de gran técnica que promete en el hockey y quien pertenece a una familia de grandes hockistas. Su madre Daniela Casale y sus hermanas: Magdalena y Lucía, han dejado su huella en Los Tordos, su club de toda la vida y en el seleccionado mayor de Italia (Lu y Magui brillaron con la camiseta azul hace algunos años).
Pero el sueño mágico de esta volante ofensiva/delantera de jugar en la Lazio terminó en pocos días, que coincidieron con el momento que la pandemia del coronavirus comenzó a hacer estragos en la vida cotidiana en toda la península itálica. Esos días de Amparo González fueron como una película de ciencia ficción, en plena Ciudad Eterna y ella como protagonista.
Pero ¿cómo se gestó el viaje de Amparo a Italia, más precisamente a la Lazio? Ella lo cuenta. "Todo comenzó en febrero en una convocatoria en Mendoza de la selección italiana de hockey césped. A mediados de ese mes, fuimos a Buenos Aires a entrenarnos con el cuerpo técnico y después de ahí, el DT de la Lazio me contactó para ir. Ellos hace tiempo me seguían y les dije que no había problema en viajar. Todo fue de la noche a la mañana. Pero quería ir para estar más cerca de las convocatorias de la selección italiana".
Luego, Amparo, contó: "Yo llegué el viernes 6 de marzo a Italia, practicamos, y el sábado entrené a unos chiquitos de la Lazio. El domingo a la mañana jugué ante el Libertas San Saba".
-¿Estabas nerviosa por el debut?
-Un poco sí, pero me sentía segura. Perdíamos 2-0 en los tres primeros cuartos y en el cuarto final hice el gol del 2-1, y terminamos perdiendo por 3 a 1.
“Después del partido, los dirigentes y el entrenador nos felicitaron y nos dijeron que estaban contentos con nuestro desempeño, pero la dirigencia nos comunicó que creían que el torneo se suspendería, así que tendríamos que esperar. Y a los días siguientes no nos entrenamos, nos quedamos en nuestro departamento, y pudimos conoce un poco de Roma”.
“A medida que los días pasaban se complicaba más. Llegó el momento que no podíamos salir del departamento, la policía estaba por todos lados, y no se podía juntar gente. Los lugares turísticos como el Coliseo estaban cerrados. No había gente en la calle, pero en todos los locales te hacían separar metro, metro y medio de quien estaba delante tuyo. Como empezó a complicarse, decidí volver porque me iba a quedar varada ya que se cerraban las fronteras de un momento a otro”, comentó Amparito.
Después apuntó: “El martes a la noche nos dijeron que se suspendía todo hasta abril y nos dejaron en libertad para quedarnos o volver. El miércoles retorné en el penúltimo vuelo desde Roma. Estoy en cuarentena en casa desde el jueves”.
-¿Cómo te sentís?
-Estoy un poco triste, porque me tuve que volver, pero las cosas pasan por algo.