La idea es recurrente: hacer girar el globo terráqueo y con un dedo detenerlo. Observar el sitio y decir sí, allá voy. Hay muchas historias que hablan de magnates que tenían esta costumbre y, atrevidos ellos, la hacían realidad. Un empresario chileno, que hoy cuenta 90 años, tenía una empresa en sociedad con su mejor amigo. Ellos hicieron un trato que mantuvieron durante décadas. Cada uno trabajaba dos años y luego venían 12 meses sabáticos, destinados a la familia y los viajes, mientras el otro lo cubría. ¡Quién pudiera!
Pensando en aquellos afortunados decidimos jugar, elegir en el mapamundi giratorio las mejores playas en puntos distantes. Claro que la subjetividad aquí manda, por tanto estamos dejando afuera a tantas otras, que visitaremos seguramente, en el próximo giro.
Nueva Zelanda y Cathedral Cove
Sobre la isla Norte, en la península de Coromandel, desde la playa de Hahei se parte hacia la catedral. El viaje demandará una hora de bellos paisajes hasta el arco de roca blanca de Cathedral Cove. La denominación le hace honor, es casi gótica. En torno a ella, una lonja de fina arena marca el límite entre las aguas del Pacífico y los árboles pohutukawa, típicos de la zona. Al fondo emerge Te Hoho, un pináculo de roca blanca ideal para alcanzarlo nadando o en tablas de stand up paddle.
Cerdeña y su impagable Cala di Volpe
En la magnífica Costa Esmeralda, al norte de la isla, una de las playas más bonitas del Mediterráneo: la Cala di Volpe. En el golfo de Arzachena, rocas y blancas arenas sugieren una estancia descontracturada. Allí nomás el Parque Nacional del Archipiélago de La Maddalena, un paraíso ecológico por la pureza de sus aguas y su abundante fauna acuática. En las cercanías se encuentra el conjunto megalítico de la Tumba de los Gigantes, con más de mil años de antigüedad. La hospitalidad y la comida, dos signos italianos que la ínsula conserva.
Turquía invita con Ölüdeniz
Sobre la costa de Licia, también en el Mediterráneo, las playas cuentan la historia del mundo, de cientos de civilizaciones y conquistas. A la vez, invitan a bañarse en un litoral que no deja de aportar belleza inusitada. Allí en la bahía de Ölüdeniz, a cuyas tranquilas aguas las llaman Blue Lagoon, la mixtura entre placer actual y relatos del pasado -ruinas romanas y licias- se aprecia. Hay un parque nacional muy resguardado y las actividades dilectas para hacer son kayak y snorkel, porque pueden verse tortugas bajo la superficie.
Aguadilla, la joya portorriqueña
Al noroeste de Puerto Rico, Aguadilla es una lengua de arena bordeada por palmeras que se tiñen de naranja cuando el sol empieza a hundirse en el Caribe. Buceo, snorkel, windsurf, tardes de lonita al sol y tragos. Por estar cerca de Culebra es imprescindible llegar hasta allí y conocer la playa Flamenco, con forma de herradura, así como visitar el Refugio Nacional de Vida Silvestre de Culebra, una zona protegida desde 1909.
En Grecia, las costas de las cícladas
En la isla de Milo, en el archipiélago de las Cícladas, el viento y el agua han labrado en la roca volcánica y han dado origen a su célebre apodo de playa lunar al pedacito llamado Sarakiniko. Sin embargo hay miles de playitas diminutas, de arena gruesa y las mínimas de arena más fina, nunca estilo Caribe en las más de 200 islas Cícladas, salpicadas en el mar Egeo. Lo mejor es que se puede pasar por varias antes de elegir. Musaka, vino blanco de Santorini y amaneceres de lujo sobre los acantilados.
Pink Sand Beach, la sugerencia en Bahamas
Ya tienta: una playa de arena rosada, de origen coralino situada en la la isla de Harbour. es de esos sitios en los que en el atardecer todo se confunde con los mismos tonos rosa creando un aura de felicidad. Las olas vuelven preciosas esas arenas al darle brillo a los corales y conchas que le otorgaron su particularidad.Por supuesto hay que meter la cabeza bajo el agua, perseguir cardúmenes y disfrutar de la fauna marina. Hay incontables famosos que se hicieron adictos a este paraíso de 5 kilómetros de largo. Cabe señalar, para los que buscan escaparse de todo, que éste es un sitio ideal pues tiene un pequeño poblado habitado como único contacto con los humanos. Dunmore, de edificaciones pastel, es un sitio que le pega de maravillas a sus arenas.
El Nido, el orgullo filipino
Imaginen un ojo de agua rodeado por un círculo de acantilados cubiertos de vegetación que a veces se extiende hasta el agua salada. Desde las solitarias playas de esta área protegida del oeste de Filipinas, la isla de Palawan, entre el mar de China y el mar de Sulu, la superficie acuática juega con la luz solar y cual camaleón cambia sus tonalidades durante el día. Otra vez hay que sumergirse puesto que es abajo donde la naturaleza se impone. Los buenos precios también son una tentación para los que visitan la zona. No sólo la comida y alojamiento. También el transporte es económico y lo mejor, siempre hay calma.
Australia con su Whitsunday Island
La mayoría de la gente que accede a la Gran barrera de Coral se pierde este destino por falta de tiempo. Montañas tapadas de verdes exuberantes y arenas con palmeras enanas y fósiles puntiagudos, son apenas la presentación. Sus aguas turquesas, su infinito portfolio de deportes acuáticos la hacen muy especial. Dicen que en 1770 el capitán James Cook desembarcó en su arena y certificó su belleza en el cuaderno de bitácora de la expedición.
Palolem, otro ángulo de India
El cálido mar de Arabia baña esta playa del Estado indio de Goa, en la costa oeste. Su lengua de arena de 1,6 km se encuentra delimitada en ambos extremos por dos grandes rocas. Hasta hace poco, las casas (shacks) y las barcas de pescadores eran la única evidencia humana en Palolem, pero recientemente ha surgido una incipiente infraestructura turística, en parte gracias a su aparición en la película El mito de Bourne (2004). A sólo 12 kilómetros, los bosques del Cotigao Wildlife Sanctuary son el hábitat de monos y tigres de Bengala.
Isla Mauricio: Trou d'Argent
Como una piscina natural y más aún, esmeralda enmarcada por un arrecife de coral que la protege del Índico, en la aislada Isla Rodríguez, en el archipiélago de las Mascareñas. La resultante son playas soñadas, con todo para querer armar un bar y dejar nuestra actividad en Mendoza. Aguas cálidas, estupendas para nadar y abrir los ojos muy grandes para admirar la variedad coralina y sus habitantes ocultos. Muy cerca Anse Mourouk, otra perla preciosa que vale conocerse.
Tulum, centro maya
Las ruinas mayas de la ciudad de Tulum en la la península de Yucatán son conocidas por los que llegan a destinos como Cancún o Playa del Carmen. Sin embargo, pocos se quedan a disfrutar de las arenas y aguas empedernidamente turquesas. Bañarse cerquita del Castillo y del templo del Dios del Viento, es otra experiencia mística en esto de visitar lugares sagrados para los primeros habitantes del sitio. A poco, en lancha se accede al arrecife de más de 1.500 kilómetros de longitud en el que se han contado hasta 60 tipos distintos de coral y que representa un orgullo mexicano.
En Marruecos, la bella Essauira
Desde las murallas de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad, se consigue una vista espléndida de los largos arenales que la rodean y de la isla de Mogador emergiendo por poniente. La originalidad de estas playas de la costa occidental marroquí son los paseos a lomo de dromedario, las visitas a los zocos de las poblaciones cercanas y la suculenta gastronomía. Además, los aficionados al surf y al windsurf no dudan en afirmar que sus olas son memorables.
Tailandia Ko Similan
Archipiélago y parque nacional, las nueve pequeñas islas de Similan son trozos del origen del mundo en medio del mar de Andamán. Se puede acceder desde la conocidísima isla de Phuket -otra con las playas más bellas del orbe- ofrecen su aura de virginidad a los curiosos. Estar allí, meditar o simplemente cantar, y conectarse con lo íntimo, es una ceremonia para los viajeros. En tanto, la playa de Ko Similan, la isla más grande del archipiélago, es conocida por las curiosas formas de sus rocas sumergidas a las que se puede visualizar con snorkel.
Cayo Largo, el destino cubano
El corsario Francis Drake y también Cristóbal Colón desembarcaron en Cayo Largo antes de cruzar el Atlántico. Cinco siglos después, aquel islote situado a 177 kilómetros de la costa sudoeste de Cuba es un destino único de gran crecimiento en los últimos años.Las playas Sirena, Lindamar y Paraíso, con palmeras enanas inclinadas sobre la arena blanca, preservan la imagen que hallaron los antiguos navegantes. Está conectada por barco con Varadero y avión, con La Habana.
Brasil: Praia do Sancho
Baía do Sancho en Fernando de Noronha, considerada la mejor playa de América del Sur, y la segunda mejor en el mundo, ubicada en la costa de Pernambuco, en el archipiélago de Fernando de Noronha, y sus hermosos fondos marinos, incluyen arrecifes de coral, variadas formaciones rocosas y todo tipo de peces exóticos, un escenario perfecto para realizar buceo. Esta playa de ensueño está bordeada por un acantilado y sólo se puede acceder a ella a través de tres vías: por mar, con un placentero viaje en barco; por las escaleras que se abren en el interior de la grieta en el acantilado, o escalando entre las rocas de la cercana Baía dos Porcos. Cualquiera de las dos últimas opciones permite practicar trekking y conectarse con la naturaleza reinante del Parque Nacional Fernando de Noronha.