No es necesario tener grandes extensiones de tierra para armar un pequeño espacio de hierbas aromáticas, o algunos vegetales. No sólo es un ahorro en la economía familiar sino que, además, es un hobbie que nos conecta con la tierra y la naturaleza desde una perspectiva altamente saludable y armoniosa. Y es ahí: en la ventana, en la terraza, en la cocina o en el patio donde vos podés armar tu huerta urbana con pocos recursos y sin mucho esfuerzo. La clave es mantener y cuidar esas pequeñas plantitas que van a dar aroma y sabor a tus comidas, mientras que también son un toque de belleza en el hogar.
Para armar tu pequeña huerta hay algunas cosas que tenés que considerar: la maceta que elegís, qué tierra usar y en qué lugar colocarla (para aprovechar más la luz o disminuir su incidencia, según el caso).
La mejor manera de plantar con semillas, en un espacio reducido, es en maceta; que tendrás que calcular en tamaño, dependiendo de qué quieras plantar: ¡hasta limones o mandarinas podés planear en una maceta si es alta y ancha! La tierra para tu maceta tiene que ser liviana y de buen drenaje; es decir: que contenga una generosa cantidad de materia orgánica. El compost que surge de tus propios residuos es, por ejemplo, una tierra fértil e ideal para estos fines. Eso sí, será preciso que aprendas el procedimiento de obtenerlo que, aunque no es difícil, requiere de espacio. Si no estás dispuesto/a a hacer tu propio compost, podés encontrar este tipo de tierra en un vivero.
El espacio en que decidas colocar tus macetas también es un punto importante; en especial ahora que se avecinan bajas temperaturas en nuestra provincia. Lo ideal es que ubiques tus macetas en lugares con luz natural y cercanos a las paredes para que estén al resguardo de los fríos intensos. Pero, ¡cuidado!: es imprescindible que dejes un espacio entre la pared y la maceta para que no se acumule humedad y el aire circule libremente. Las semillas deben colocarse en tu maceta, o en tierra, a una profundidad de tres veces su tamaño.
¿Qué sembrar?
Hierbas. Las plantitas aromáticas, como el cilantro, la albahaca y la menta, son también beneficiosas para la salud. Suelen usarse no sólo en la preparación de alimentos, sino también para tés e infusiones. También podés sembrar cebolla de verdeo (o cebollín) y perejil, ingredientes clásicos en la cocina; orégano, romero, eneldo y tomillo, los más perfumados y sabrosos condimentos; y algunas hierbas saludables como salvia, melisa y lavanda.
Tomatitos saludables. Se dice que el tomate es la fruta más popular del mundo. Es rico en vitaminas A y C y se pude consumir de innumerables maneras, o comerlo directo de la planta. El tomate es ideal para la huerta urbana, ya que crecen rápido y en espacios pequeños. Para cosechar tomatitos en casa necesitás seleccionar buenas semillas o plantitas, saber cuándo trasplantar las plantas más grandes para que puedan crecer otras, sol y tierra orgánica, y sembrarlos en primavera.
Ajo. Lo podés sembrar a partir de los dientes de ajo que comprás en la verdulería. Y tiene una gran ventaja: no necesita demasiado espacio para crecer.
Hojas de acelga. Además de rica en ensaladas y sopas, es muy noble para sembrar en casa. Se disfruta la cosecha a partir las ocho semanas de cultivo. Algunos consejos para la siembra: remojar las semillas por dos días antes de sembrar; sembrar a 2,5 cm de profundidad; al sembrar varias en una maceta hay que tomar en cuenta que las raíces requieren de espacio, por eso deben tener por lo menos 45 cm de separación (pueden llegar a crecer hasta 90 cm.); disponer al sol; crecen en temporada de primavera y otoño; regar dos o tres veces por semana (no saturar de agua).
Espinaca. Igual que la acelga, es muy sencilla de cultivar. La germinación se produce en unas tres semanas y el terreno se debe mantener húmedo. Se puede sembrar todo el año.
Otros vegetales que se pueden sembrar todo el año son: habas, zapallos de invierno, zanahorias, nabos y rábanos.