Las viviendas argentinas pierden energía por techos, pisos, muros y ventanas afectando directamente el bolsillo de los argentinos y limitando el confort para sus habitantes. Alrededor del 40% de la energía que se consume en Argentina corresponde a los espacios habitables como viviendas, comercios, oficinas, espacios de recreación, salud, entre otros; donde el gas natural equivale al 57% y la electricidad, al 35%.
A este contexto se le suma que en la última semana las subas propuestas para la electricidad en el AMBA fueron de 16,52% para los usuarios sin tarifa social y de 6,88% para los consumidores con tarifa social.
Para el servicio de gas en todo el país, los usuarios con tarifa social no tendrán aumentos y las subas proyectadas para el segmento medio van desde 18,5% hasta 25,5%, de acuerdo a las distintas zonas donde operan distintas empresas distribuidoras. Por su parte, los clientes de alto poder adquisitivo dejarán de percibir subsidios y pagarán el precio pleno del servicio, que se estima implicará una suba de un 150%. La estimación oficial es que serán 921.778 titulares, en el caso de la energía eléctrica, y 760.600 en el de gas residencial.
Hoy se pueden encontrar tres formas potenciales para consumir menos energía en un hogar, aunque el resultado del ahorro es diferente en cada uno:
- La más eficiente y con la que mayor ahorro se logra es la aislación térmica eficiente en viviendas y edificios, ya que permite disminuir el consumo de energía drásticamente. “Una aislación térmica eficiente permite ahorrar un 35% en el consumo de energía equivalente a un 70% en las facturas sobre la luz y el gas consumidos para climatizar un hogar”, explica Javier Maltz, Presidente de ANDIMA (Asociación Nacional de Industrias de Materiales Aislantes).
- Otra estrategia de consumo eficiente de energía es la instalación de calefones solares y artefactos sin piloto, pero que permiten consumir solo un 18% menos de energía
- Pir último, los artefactos eléctricos y/o gasodomésticos (electrodomésticos de Clase A) y lámparas LED, que permiten ahorrar únicamente un 9% en el consumo energético.
“De acuerdo a datos del Ministerio de Energía y otras fuentes consultadas, los edificios en Argentina consumen cerca del 34% del total de la energía del país. El restante 66% se reparte entre la industria, el transporte y la agricultura. Ya dentro de los hogares, se calcula que el 50% del consumo lo genera la climatización, tanto en invierno como en verano; un 25% los artefactos del hogar y el otro 25% el agua caliente sanitaria”, agrega Maltz.
Cómo aislar de manera eficiente una vivienda
Todas las viviendas tienen potencial para ser eficientes energéticamente. La aislación térmica eficiente se puede implementar tanto en obras nuevas como en el parque ya construido, donde se consume la mayor energía. En este último caso solo se necesita hacer pequeñas modificaciones, que en poco tiempo se convertirán en un gran beneficio para el ahorro de energía.
El primer paso es recurrir a un profesional para analizar cuánta energía se está consumiendo en el ambiente o la casa y así saber cuánto se debe reducir y de qué manera poder reducirla. Para aislar de manera eficiente una vivienda se deben utilizar materiales de aislación térmica eficiente como lana de vidrio, poliestireno expandido o poliuretano, en la envolvente de las viviendas (piso, muros y techo).
Con estos materiales se logra un ahorro del 70% en las facturas de gas y luz consumidos para la climatización y un ahorro energético de un 35% sobre el consumo total de un hogar. A su vez se logran mejoras en las condiciones de confort y evita o reduce enfermedades respiratorias.
Es de destacar también cómo los beneficios de la aislación térmica eficiente impactan directamente en la economía de un país, alcanzando una menor demanda de energía y mayor seguridad energética, mejorando la balanza comercial, con mejor acceso a la energía y aumento de inversiones, PBI y empleo.
Asimismo, el Estado podría promover y fomentar el consumo responsable de energía para la mejora en las envolventes de las viviendas a través de la implementación de líneas de créditos verdes y flexibles, disminución de impuestos directos, entre otras herramientas.
El empleo también sería un aspecto muy favorecido si se llevara a cabo un plan de rehabilitación energética en Argentina. Según estudios a nivel internacional, en términos de creación de empleo, éste puede crecer a lo largo de una década generando más de 55.000 puestos de trabajo nuevos, en paralelo al incremento del número de viviendas rehabilitadas, ya que impulsaría la actividad en el sector de la construcción e industrias relacionadas.