Con el propósito de promover las inversiones en la construcción de obras privadas dentro del territorio argentino que no tuvieran un avance mayor al 50%, se promulgó la ley 27.613 denominada Ley de Incentivo a la Inversión, Construcción y Producción Argentina.
Ésta proporciona beneficios impositivos a los contribuyentes cumplidores, i.e., quienes realizarán los pagos y depósitos correspondientes antes de enero 2023. La fecha límite para efectuar los fondos fue extendida por el nuevo blanqueo vigente –ley 27.679–, prorrogando los plazos y el reglamento hasta el 31 de diciembre de 2024.
“Hay expectativa de que el mercado inmobiliario vuelva a crecer con buenos índices de operaciones. Los más optimistas calculan que podrían volcarse entre USD 4.000 y USD 5.000 millones, lo que ciertamente brindaría un fuerte empuje al sector”, comentan desde AEV (Asociación de Empresario de Vivienda).
Esto se debe a la exteriorización productiva que genera la acción de invertir en bienes registrables. Es decir, se desencadena un dinamismo económico que empieza con la creación de puestos de trabajo. Como destaca Alan Mohadeb, socio de CEK Group, “estos desarrollos generan un efecto multiplicador continuo en las economías locales que incluyen inversión, empleo, apertura de comercios, mejoras en la infraestructura general de los servicios, ingresos y recursos tributarios para los gobiernos”.
Por eso, AEV junto al resto de la Mesa de la Vivienda (COMARCO, UOCRA y CEDU) consideran a la construcción la Madre de Industrias: es el mayor multiplicador de trabajo a nivel nacional, se encuentra estrechamente relacionada con la vivienda (reductor del déficit habitacional) y tanto produce como exterioriza dólares.
“La inversión en ladrillos –agrega Mohadeb– supo ser un vehículo de ahorro y resguardo de capital a medio y largo plazo de los sectores socioeconómicos medios y altos durante las últimas décadas. Además, ha sido la inversión que mejor estabilidad tuvo frente al mercado financiero local e internacional. Más aún teniendo en cuenta que los valores han llegado a su piso, en especial los costos de construcción que ya estamos viendo en alza”.
AEV también resalta el piso de los precios: “Los bajos costos al momento de compra le dan a entender al mercado que se encuentra en un piso, por lo tanto, debería haber una recomposición de precios a futuro. Asimismo, las inversiones en el exterior y quedarse en billetes no parecen la mejor decisión a la luz que ‘las monedas duras se ablandaron’ con la inflación en Estados Unidos y Europa. Debido a esto, muchos pequeños ahorristas podrían interesarse en el blanqueo de capitales”.
Ya se nota el creciente interés por invertir en desarrollos inmobiliarios. Mohadeb cuenta que “a principios del mes de septiembre comenzamos a tener un alto ritmo de consultas de clientes buscando proyectos premium que califiquen como apto blanqueo, principalmente proyectos ubicados en las zonas AAA de la Ciudad de Buenos Aires como nuestras zonas de influencia: Cañitas, Imprenta, Bajo Belgrano y Palermo Soho. Los tkt más buscados poseen un rango entre 75 y 150k. Al día de hoy llevamos realizadas más de 10 operaciones, sobre todo de clientes que buscan aprovechar la primera ventana del blanqueo para pagar solamente 5 % de penalidad”.
Esta alícuota, considerada la más atractiva, corresponde al primer plazo para declarar el dinero y corre desde el 22 de agosto de 2022 hasta el 19 de noviembre. El segundo plazo, del 20 de noviembre al 17 de febrero de 2023, tendrá un impuesto del 10%. A partir del 18 de febrero y hasta el 16 de agosto comenzará el tercer plazo, cuyo impuesto ascenderá al 20%. “Independientemente del período escogido para blanquear, las personas pueden optar por invertir ese dinero en partes, con tiempo hasta fines de 2024. Esto da un tiempo de dos años para realizar la inversión”, aclara Mohadeb.
Los expertos describen a la operatoria como sencilla y ágil. De acuerdo con AEV, a diferencia de la situación en cuarentena, actualmente no hay dificultades para obtener las reglamentaciones necesarias por parte de los organismos correspondientes (AFIP, CNV, BCRA, etc.). “Están funcionando el Registro de Proyectos Inmobiliarios (REPI) que lleva adelante la AFIP y el sistema para obtener el Código de Registro de Proyecto Inmobiliario (COPI). Por ende, se evitará tanto una gran pérdida de tiempo como una ventana demasiado corta para el primer y más interesante tramo, el cual baja el costo al 50% por pagarse al dólar oficial”, manifiesta AEV.
Se pueden encontrar varios proyectos apto blanqueo, desarrollándose “cerca de todo” e incluyendo los amenities más buscados para adaptarse a las nuevas necesidades y calidad de vida que las personas desean pos-pandemia. Los interesados ya pueden dirigirse a su banco y pedir la apertura de una cuenta especial para blanqueo.