La incidencia de diferentes soluciones constructivas o hábitos de consumo tendientes a mejorar la demanda de energía en una vivienda mejora la calidad de vida de quienes residen en ella, optimiza el ahorro de energía, reduce los valores en las facturas y las emisiones contaminantes para el medio ambiente.
Existen soluciones que están al alcance de todos y que permiten tener una casa energéticamente eficiente. Desde el equipo técnico del comité organizador del Primer Congreso Argentino de Etiquetado Energético de Viviendas, se comparten algunas iniciativas que pueden ser tomadas en cuenta para comenzar con la reducción del consumo de energía y así ahorrar en las facturas:
- Como primer paso se debe recurrir a un profesional para analizar cuánta energía se consume en los ambientes y evaluar de qué manera poder reducirla, a través de la solución más conveniente.
- Incluir materiales de aislación térmica eficiente -lana de vidrio, poliestireno expandido o poliuretano- en techo, muros y pisos. Con estos materiales se logra un ahorro del 70% en las facturas de gas y luz consumidos para la climatización y un ahorro energético del 35% sobre el consumo total de energía de un hogar.
- Otras soluciones para reducir el consumo de energía pueden ser las aberturas de mayor eficiencia, con doble vidriado hermético y marcos de baja transmitancia térmica y/o con ruptura de puente térmico; o colocar fuentes de generación de energía propia: paneles fotovoltaicos y/o calefones solares.
- Reemplazar los artefactos y griferías de baños y cocina por aquellos de bajo consumo de agua, como depósitos de inodoros con botones de doble descarga y aireadores en los picos de las griferías.
- Reemplazar las lamparitas por lámparas LED.
- Si se van a cambiar los artefactos eléctricos o a gas, elegir artefactos que sean eficientes energéticamente (etiquetas Clase A o superior, calefones sin piloto) o aquellos que aprovechan la energía del sol (calefones solares).
- La ventilación cruzada a menudo se descuida cuando se renueva o remodela una casa. Los principios básicos de la ventilación cruzada son simples y fáciles de implementar: abrir ventanas en lados opuestos para alentar el flujo de aire de un lado a otro y capturar las brisas dominantes y dirigirlas a través de la casa.
Cualquiera sea la solución elegida, el ahorro de energía que se logra compensa en pocos años la inversión realizada. Tener una vivienda energéticamente eficiente no solo permite llevar una vida confortable, sino que es un diferencial clave a la hora de vender o alquilar el inmueble, destacándolo del resto.
La manera de mostrar el nivel de eficiencia energética es a través de la Etiqueta de Eficiencia Energética, un documento que muestra el requerimiento de energía que requiere la propiedad para satisfacer las necesidades de calefacción, refrigeración, calentamiento de agua sanitaria e iluminación, según cómo fue construida y las instalaciones con las que cuenta y su emplazamiento, asegurando confort higrotérmico interior.
La mejora de la eficiencia energética puede ayudar a reducir el consumo de energía para acondicionamiento térmico interior en más del 50%, lo cual impacta tanto a nivel individual como a nivel nacional.
Asimismo el etiquetado de una vivienda es la herramienta que le permite al profesional que analiza el inmueble diagnosticar qué mejoras realizar y su efecto costo beneficio. De hecho, debería ser la primera medida que se tome para conocer el consumo energético y luego realizar los cambios necesarios e implementar las soluciones correctas para lograr una vivienda energéticamente eficiente.