Reciclar es volver a poner algo en el ciclo del que procede, por lo que el reciclaje constituye uno de los conceptos claves de una evolución a una sociedad futura más ecológica. La referencia directa del reciclaje es la naturaleza, que estructura y ordena toda su complejidad a partir de la existencia de diversos ciclos que tienden a mantenerse estables y dentro de los cuales materia y energía siguen unos flujos continuos de circulación y renovación.
Si realizamos una analogía entre los organismos naturales y los productos humanos, vemos que la principal diferencia entre ambos es que en los primeros la materia y la energía constituyentes se reciclan de una forma u otra y se aprovechan para el mantenimiento de la dinámica de la vida (ciclo circular), mientras que en los segundos se parte de la existencia de unos límites espaciales y temporales estrictos: el producto se identifica con su corporeidad física y también con un “principio” y un “fin” derivados de su consumo (ciclo lineal).
Hablar de cultura del reciclaje es hablar de compatibilidad entre principios, métodos, actitudes y prácticas humanas en relación con las naturales.
En la recuperación y reciclado de residuos de construcción y demolición un aspecto fundamental a tener en cuenta es el hecho de que concurren intereses económicos y medioambientales en el mismo punto. El desafío para el futuro es conseguir compatibilizar el desarrollo económico de la sociedad con la preservación del medio ambiente que la sustenta; es lo que se conoce como desarrollo sostenible. En este sentido, son prioritarias todas las actividades recuperadoras y recicladoras.
Si bien en ningún caso es posible la sustitución total de la actividad primaria por la secundaria o recicladora, cualquier iniciativa en favor del progreso de ésta última es un paso adelante hacia el señalado desarrollo sostenible. Recordemos que, según el Worldwatch Institute de Washington, los edificios consumen el 60% de los materiales extraídos de la tierra.
Los residuos de construcción y refacción de viviendas, edificios comerciales y otras estructuras son clasificados como residuos de construcción. La composición es muy variable, puede incluir piedras, ladrillos, hormigón, maderas, elementos de instalaciones especiales, etc.
Los residuos de edificios demolidos, calles y veredas levantadas y otras estructuras son clasificados como residuos de demolición. Éstos son similares a los anteriores, pero pueden incluir vidrios rotos, plásticos y metales.
Por ejemplo, el hormigón es 100% reciclable, siempre que no esté contaminado. Dependiendo de la calidad del hormigón, triturado puede ser usado con diferentes fines. Por ejemplo, como agregado para un nuevo hormigón.
Gran parte de los residuos derivan de los desechos de la construcción, entre los que se cuentan aquellos provenientes de:
- Demolición de viejos edificios, estructuras
- Rehabilitación y restauración de viviendas
- Edificios y estructuras existentes
- Construcción de edificios, estructuras.
- Producción de materiales de construcción
En la actualidad, la alternativa más extendida para la eliminación de estos residuos de construcción y/o demolición es el vertido. Es importante tener en cuenta que éstos ocupan un gran volumen dentro de los vertederos municipales, lo cual reduce el tiempo de vida útil de los mismos, generando a su vez un gran problema debido a la falta de lugares de depósito apropiados. Por otra parte, frecuentemente son empleados por parte de particulares para realizar rellenos, sin considerar los daños ocasionados desde el punto de vista ecológico.
Algunas recomendaciones
- Uno de los desafíos es cambiar los procedimientos técnicos para limitar y utilizar la gran cantidad de los deshechos de la construcción, que son el resultado del desarrollo de la sociedad moderna.
- La utilización de los residuos de la construcción está considerada como una de las tecnologías más limpias y la que permite un importante ahorro de energía.
- El reciclaje posee importantes atractivos frente a la utilización de materias primas naturales. La gran ventaja es que soluciona paralelamente la eliminación de materiales de deshecho y que, por medio del aprovechamiento de estos residuos se reduce la cantidad de recursos naturales primarios a extraer.
- Se reduce el volumen de los residuos que se vierten, y por lo tanto, se logra una buena utilización de la capacidad de los vertederos.
- Se limita y previenen los daños medioambientales respecto a un incorrecto tratamiento de estos residuos, especialmente por vuelco y depósito de residuos contaminados de la construcción.
- Se deben vencer las barreras impuestas por la tradición, concientizando a la sociedad sobre la reutilización de residuos de la construcción, afirmando que este es el limpio camino del futuro.
- El costo debe ser analizado en profundidad, es necesario asegurarse que el costo de la recuperación no sobrepasa el valor de lo recuperado.
- Es esencial prepararse, cívica, legislativa y tecnológicamente, para abordar esta tarea.
Fuentes consultadas:
- “Reciclaje y reutilización de materiales residuales de construcción”, Natalini/Klees/Tirner
- CEVE, Centro Experimental de la Vivienda Económica.