Aunque haya mucho ruido político en los distintos frentes que se están armando para competir por las elecciones generales de 2023 en donde se disputarán el mando del próximo Gobierno nacional y de las provincias y ciudades de nuestro país, analistas del sector inmobiliario argumentan que la época de sufragios no impactaría negativamente en el mercado inmobiliario.
Se supone que los caminos conducen a un cambio de ciclo político y esto después de 8 años vuelve a alentar expectativas por lo que podría suceder a partir del 10 de diciembre próximo.
El mercado inmobiliario en los últimos 6 meses reaccionó favorablemente en la cantidad de operaciones inmobiliarias con más de 15 mil viviendas escrituradas en la ciudad de Buenos Aires y más de 49.000 en la provincia de Buenos Aires, según lo registrado por los colegios de escribanos de ambos distritos que relevan los actos notariales mes a mes.
Alejandro Bennazar, presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina (CIA), dijo, que “las próximas elecciones PASO definirán el escenario político y económico del segundo semestre del año. En este contexto, crece el resguardo de ahorros en ladrillos y esto se refleja en los números de acuerdos de compra venta que hemos visto últimamente. Somos optimistas por lo que vendrá”.
Desde el sector sostienen que la gente con dólares bajo el colchón y aprovechando el descenso de los precios de las viviendas usadas como en pozo los están destinando en un gran porcentaje al sector.
“Hoy vemos una mayor decisión de compra, es cierto hay poder de negociación pero quién tiene el efectivo quiere volcarlo al mercado de ladrillos porque no sabe cuál será el panorama en el futuro y sobre todo previo elecciones”, explicó Jorge Toselli, de JT Inmobiliaria.
Expertos coinciden que las próximas elecciones PASO generan que muchos quieran canalizar sus ahorros en ladrillos ante un posible cambio de escenario. “No vamos a ver una recuperación tan grande este año a menos que se lance un programa de créditos hipotecarios a buena escala, pero sí habrá un aumento de operaciones propias de un año electoral”, señaló Fabián Achával, de Fabián Achával Propiedades.
Las operaciones que se están haciendo en el último trimestre tienen en promedio un valor que oscila entre USD 100.000 y USD 120.000, eso marca según los especialistas que hoy quien compra es el consumidor final que quiere aprovechar la baja de precios que se registró hasta el momento.
Se estima que los valores estarían llegando al piso y que sólo disminuyeron un 1,5% entre noviembre y la actualidad.
Guillermo Giavedoni, de la inmobiliaria homónima destacó que “ya no hay espacio para ofertas agresivas. Incluso los dueños que venden no aceptan como en 2020 o 2021 alguna unidad de menor valor en parte de pago o algún otro bien, como un terreno en la costa o en algún barrio privado. Al contrario, la gente apela al efectivo para poder vender, y como mucho resignan hasta un 5% del valor de publicación”.
Qué pasa en la construcción
Aquí el problema es que el tema inflación se coló en el debate, y poco a poco impacta en los precios del metro cuadrado medidos en dólares para edificar, pero siempre sigue siendo ventajoso. Hoy el precio promedia los USD 850, cuando hace dos años y medio oscilaba en USD 700, pero siguen por debajo de cuando ascendió a USD 1.700 en 2018.
Leandro Recuero, un constructor de la zona norte del Gran Buenos Aires, dijo que “está en la inteligencia de cada compañía sacar el mayor provecho de esta situación. Seguramente habrá movimientos en el tipo de cambio y la población en general tenderá a tomar decisiones, ya sea desprenderse de bienes o esperar a que pasen las elecciones para tomar una decisión. Nosotros confiamos en que quien esté bien preparado, podrá sacar una ventaja en 2023. Las mayores oportunidades van a estar en los proyectos con venta de pozo, porque ahí hay un flujo necesario de ingreso para levantar una obra y en un escenario un poco más incierto como un año electoral, posiblemente el inversor sea un poco más cauteloso y los desarrolladores estén dispuestos a ser más agresivos con los valores para mantener el flujo necesario de obra. La base de cualquier medida que debería tomarse es dar seguridad y confianza al ecosistema, apoyadas en la otorgación de créditos y la estabilidad cambiaria e inflacionaria”.
Igual siguen avanzando más de 40.000 viviendas en obras en la ciudad de Buenos Aires con unidades de 2 y 3 ambientes en su mayoría, y más de 60.000 en distintas partes del Gran Buenos Aires.
“Creemos que el ladrillo es el mejor de los refugios para el dinero. Y todo sigue en marcha, aunque haya que ajustar más los números. Seguimos apostando por el Blanqueo para la edificación como una herramienta clave para el despegue del sector. Y sobre las elecciones, sólo habría un pequeño parate una semana previa a las PASO y las generales de octubre, y nada más. Están dadas las condiciones para que todo siga igual y que la construcción siga motorizando una gran parte de la economía”, amplió Damián Tabakman, presidente de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU).
Todo está por verse, pero hay potencial para que el mercado inmobiliario y la construcción se recuperen.
“Es vital mantener la Mesa de Vivienda entre el Gobierno, trabajadores y las cámaras sectoriales para marcar y trabajar en una agenda común en donde se pueda ir hacia un plan amplio de crecimiento para el sector. En el Congreso nacional está sin tratarse un plan para crear una Agencia Hipotecaria con planes que se ajusten por el Coeficiente de Variación Salarial (CVS), ojalá pueda tratarse como mucho el próximo año. Eso potenciaría mucho a todo el Real Estate”, dijo Gustavo Weiss, de la Cámara Argentina de la Construcción.
La mayoría de los candidatos para las próximas elecciones tienen en su discurso la problemática habitacional y la agenda de vivienda está dentro de sus propuestas (incluso la polémica Ley de Alquileres, que podría suspenderse, pero todo está en el foco del debate), no obstante faltan propuestas respecto a la necesidad de acceso a herramientas financieras que faciliten la compra de inmuebles.
“Los bancos comerciales no están dando créditos porque no saben qué tipo de crédito dar, porque hay incertidumbre. Si bien está el Fondo de Compensación que podría dar una solución a los créditos UVA, eso podría impactar en el mercado inmobiliario de forma positiva”, concluyó el economista Federico González Roucco, especializado en créditos hipotecarios.
Fuente: Grupo Construya