Cabe considerar que los bienes denominados “públicos” no solo son veredas, calles, vías, plazas y parques; también abarcan edificios, puentes y sitios de valor histórico. En su conjunto, son elementos significativos y partícipes de relaciones sistémicas estructurales del territorio y conjugan valores históricos culturales que democratizan y unifican sus usos para la sociedad.
Estos bienes son un capital escaso y no renovable de alta potencialidad para el desarrollo local que constituyen la herencia de una cultura compartida de valor patrimonial. Poseen la cualidad de ser monumento, documento y recurso sobre los que descansa la identidad cultural del territorio y contribuye al carácter del paisaje que los integra. A su vez, los bienes patrimoniales públicos son poseedores de una excelente visibilidad y considerados hitos de relevancia en la estructura y procesos de conformación del territorio. Éstos pueden pertenecer a distintas épocas y conjugan la memoria de la comunidad junto a las particularidades contextuales acontecidas en el tiempo que influyeron tanto en la materialidad de los bienes, como en las características del entorno, lo que contribuye a la construcción del significado cultural local, de gran potencial turístico.
El patrimonio público integra un conjunto de bienes de valor patrimonial, con o sin declaratoria, que pertenecen al Estado nacional, provincial o municipal o a entes o empresas del Estado ya sean del “dominio público del Estado” (art. 235 Cód. Civil) o del “dominio privado del Estado” (art.236 Cód. Civil). Además, el universo de bienes contempla a aquellos que, perteneciendo al dominio de los particulares (art. 238 Cód. Civil), se encuentran sometidos a los regímenes establecidos en la Ley nacional Nº 12.665 de los Monumentos Históricos Nacionales (MHN). Esto se debe a que los MHN, que además son reconocidos por la Ley provincial Nº 6.034, si bien no son todos del dominio público, por la Ley N° 12.665 en la que se crea la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos se deja establecido en el artículo 3 que están sujetos a usos y motivos del bien común.
El macro vínculo de los bienes patrimoniales públicos con el turismo conjuga aspectos de relación entre la interacción con la comunidad, con el edificio mismo y con el paisaje. La necesidad de placer, distracción y el interés de conocer y comprender la diversidad son incentivos que impulsan el desarrollo del turismo.
La crisis acontecida por el marco de pandemia por Covid-19 en el año 2020,afectó el libre desempeño de la actividad turística. La búsqueda de una solución a la crisis llevó al Gobierno provincial a incentivar el desarrollo del turismo interno, entendido como el desplazamiento de las personas con fines turísticos fuera de su lugar de residencia habitual, dentro del ámbito provincial y realizado por mendocinos.
Los recorridos por los paisajes urbanos como los de las áreas periurbanas y rurales de valor patrimonial nos permite observar sus fortalezas, pero también los cambios acontecidos en el paisaje cultural por el crecimiento del Área Metropolitana de Mendoza, quedando visibilizado el fraccionamiento de su carácter distintivo. Si bien esta problemática en el territorio provincial ya fue visibilizada y encarada desde una mirada integral e interdisciplinaria por numerosos actores de la sociedad, con un extenso proceso de estudio y trabajo que se condensó en 2017 con la concreción del Plan Provincial de Ordenamiento Territorial (PPOT) por Ley N° 8999/2017, que constituye el marco en el cual se orienta la política pública para el desarrollo sostenible del territorio en cuyo marco el patrimonio cultural es considerado parte de la estructura dinámica e integral del territorio.
En función de ello, los municipios en la elaboración de los Planes Municipales de Ordenamiento Territorial (PMOT) evaluaron la dimensión patrimonial de su territorio planteando o dejando previstas actividades y/o programas destinados a su acción y/o incorporación. En este marco, la promoción de un turismo interno refuerza la importancia de la conservación de la calidad del carácter significativo del paisaje cultural local y sus elementos constitutivos como recurso económico de desarrollo, en la que el turismo es un eslabón fundamental.
Ante ello a modo de síntesis, nos preguntamos ¿por qué el patrimonio público es un atractor de la comunidad? y ¿qué potencialidad ofrece este tipo de patrimonio en relación al paisaje para contribuir al turismo de proximidad, que se diferencie y/o complemente de los otros bienes patrimoniales?.
Por un lado, su condición de público conjuga las memorias y significados construidos durante el tiempo por las experiencias vividas de la comunidad en torno al uso de los bienes, constituyéndolos en hitos en el territorio y en la vida cotidiana de la comunidad. Por el otro, los bienes públicos brindan la posibilidad de satisfacer las necesidades de esparcimiento y recreación y además motivan al desplazamiento en el territorio para acceder a ellos.
Al conjugar la memoria compartida y la posibilidad de acceso a los espacios públicos y el tránsito libre por las vías de circulación contribuye a la partimonialización afectiva que genera y fortalece vínculos afectivos y simbólicos de pertenencia e identidad de la comunidad con su territorio, ciudad / poblado y el paisaje tanto de manera individual como colectiva. Es importante destacar que el contenido semántico histórico del paisaje y potencialidades visuales de sus elementos constitutivos, si bien los bienes patrimoniales y las vías de circulación lo encarnan para que éste pueda ser percibido y vivenciado, requiere de puntos de observación y definición de las vistas de calidad paisajísticas en las líneas de observación y recorridos escénicos del paisaje patrimonial recomendados. A ello se le suma la necesidad de mecanismos que permitan su visualización, comprensión y estimulen el vínculo entre el conjunto de bienes patrimoniales para su reconocimiento, además de la necesaria información sobre los servicios complementarios turísticos en lo que las tecnologías actuales son un potencial recurso para ello.
Finalmente el patrimonio público, al ser de propiedad estatal, facilita la gestión integral de los bienes que los constituyen y se encuentran distribuidos en zonas estratégicas del territorio, permitiendo el diseño de estrategias integrales sistémicas que vinculen la memoria, historia, los bienes patrimoniales en conjunto, las vías de circulación, las mejores vistas del paisaje junto a la comunidad, los diversos actores vinculados al patrimonio y al turismo, lo que es una potencialidad para el desarrollo local y para la gestión y planificación integral y sostenible del territorio.
Foto 1. Mosaico de fotos de bienes patrimoniales públicos: Capilla de Rosario de Barrancas; Cine Teatro Imperial; Estacion de Ferrocarril Barcala de San Roque; Sitio Parque Metropolitano; Puente ferroviario de Luzuriaga; Estación de Ferrocarril Luzuriaga; Garita Estación Luzuriaga; Escuela Justo J. de Urquiza; Casa de la Cultura Doña Paula; Plaza de San Roque; Municipalidad de Maipú. Fuente: Elaboración propia en base del PIP 0169 – CONICET
Foto 2- Calle del bajo Lunlunta de Maipú. Foto: Archivo fotográfico del proyecto PIP 0169 – CONICET
Foto 3- Río Mendoza. Lunlunta Maipú. Foto Gentileza de Andrés Bari
Foto 4- Dique Cipolletti – Luján de Cuyo. Foto: Archivo fotográfico del proyecto PIP 0169 – CONICET
Foto 5- Prados del Parque Gral. San Martín. Ciudad. Foto: Archivo fotográfico del proyecto PIP 0169 – CONICET
Grupo de investigación Historia y Conservación Patrimonial – INCIHUSA – CONICET – CCT – CONICET Mendoza.