Aunque a nivel nacional rige una normativa que impide conducir con alcohol en sangre, en Mendoza esto está permitido con una mínima dosis estipulada según el tipo de conductor.
Esta es de 0,2 gramos en el caso de bicicletas con o sin motor, motocicletas y/o ciclomotores. La limitación es de hasta 0,5 en el caso de automóviles y conductores particulares.
En tanto, quienes tengan carnet de conductor profesional no deben conducir con alcohol en sangre.
El asunto es que si bien hay eventos y consumos todo el año, en esta época se incrementan, son más frecuentes y con las celebraciones de Navidad y Año Nuevo hay muchos que se ven tentados de caer en excesos. Ante esto hay que tener en cuenta que se aplican multas onerosas por conducir por fuera de los márgenes de lo permitido.
Un punto a señalar es que en lo que va del año se han mantenido los mismos montos pese al contexto inflacionario.
Si se superan los 0,5 gramos y si se registran hasta 0,99 gramos de alcohol en sangre, las penas son: la inhabilitación para conducir por entre 30 y 180 días, multas entre $ 162.000 y $ 324.000 y retención de la licencia de conducir.
En tanto, si se detecta más de 1 gramo de alcohol en sangre, la falta establece multa de $216.000 a $486.000, inhabilitación para conducir vehículos desde 90 a 365 días, retención del rodado y arresto de hasta 30 días.
En 2019 se incrementaron notoriamente los valores de las multas por esta falta tras la aprobación de un proyecto de endurecimiento de los controles por parte de la Legislatura.
Hay que considerar que la concentración de alcohol en sangre ante el consumo varía entre hombres y mujeres, depende del peso de cada persona y hasta de lo que se haya comido previamente.
Aunque es muy variado, para tener una noción, en el caso de las mujeres de peso promedio podría superarse el máximo con dos copa de vino de 100 ml, por lo que debería ser menos; también con un vaso de cerveza de 300 ml.
En el caso de los varones podría ser con dos porciones de las antes señaladas.
