Según cifras de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico, en el primer semestre de 2022 se vendieron 133.8 millones de productos a través de 91.2 millones de órdenes de compra. Un 14% más que el primer semestre del año pasado, reafirmando que los canales de venta online continúan en crecimiento y se espera que esto sea aún mayor en los próximos meses. Esto no solo influye en el crecimiento del sector, sino también en el aumento de la demanda de los suelos logísticos, por lo que las compañías han tenido que reajustar sus almacenes para optimizarlos al máximo siguiendo las nuevas tendencias.
Ante esto, el concepto de inmologística o logística inmobiliaria cobra mayor relevancia como una variante que comprende el alquiler o venta de suelo logístico, naves industriales, almacenes y suelo industrial. En este contexto cada vez más compañías logísticas, buscan y han comenzado a invertir en este tipo de infraestructuras estratégicas, con el objetivo de prestar a cada cliente servicios más rápidos, eficientes, integrados y flexibles.
“En cuanto a las tendencias para los próximos años predominan las instalaciones de naves de grandes superficies (parques logísticos) situadas en zonas periféricas a los centros urbanos (almacenes de ruptura de carga), almacenes pequeños ubicados cerca de los centros urbanos y depósitos de proximidad para la última milla”, manifestó Gabriel García, de Celsur Logística.
De esta forma los almacenes han optado por emplear dos tipos de soluciones:
- Almacenes compactos: utilizando estanterías compactas se consigue aprovechar la capacidad de almacenaje al máximo, ya que se eliminan algunos pasillos de trabajo. Normalmente es utilizado cuando la rotación es baja o por empresas que tienen mucho volumen de palets o mercancías, pero pocas referencias.
- Almacenes en altura: debido a la escasez de suelo y al elevado precio del mismo una de las soluciones más habituales es la de implementar almacenes en altura para aumentar el espacio útil de almacenaje. Para ello, son frecuentes los almacenes automatizados, que posibilitan la actividad con estanterías de hasta más de 40 metros.
Todo esto, soportado por un sistema de gestión de almacenes (WMS) que ofrece visibilidad de todo el inventario para ganar eficiencia en la utilización de los espacios.
Asimismo, se visualiza como los permanentes cambios en las cadenas de suministro, el impacto en la distribución urbana de mercancías, la importancia de la última milla y la evolución en el proceso de compra del consumidor final, obligan a los almacenes, plataformas logísticas y centros de distribución y de transportes, a transformarse con el objetivo de maximizar el ahorro de costos y mejorar el nivel de atención y servicio, aumentando así su competitividad y confiabilidad.
“La logística es un sector transversal que debe responder a los desafíos de la actualidad. La sociedad, la economía, las relaciones comerciales y los avances tecnológicos han cambiado en los últimos años de forma radical y por ende han sido impulsores de tendencias que han puesto sobre la mesa la importancia de la logística, además de dejar evidencia la necesidad de que todo tipo de organizaciones cuenten con espacios logísticos para satisfacer las nuevas demandas y exigencias de los consumidores”, agregó García.
El futuro de la logística apunta a jugar un papel aún más determinante a nivel social, fomentando la creación de empleo, favoreciendo la movilidad de la población, y respondiendo ante el constante aumento del consumo.