Sin embargo, para que ciertos elementos de un lugar sean valorados turísticamente se necesita de una construcción social mediada por ideas y representaciones subjetivas, cambiantes y poco estables en el tiempo. En otras palabras, los lugares poseen atributos que pueden ser o no considerados atractivos y esta consideración se vincula a hábitos, modas e intereses de actores que actúan en un contexto social, político, económico y cultural determinado.
La provincia de Mendoza atesora numerosos sitios vinculados a la gesta libertadora y a la vida cotidiana del Gral. José de San Martín. Estos sitios constituyen atractivos turísticos de gran importancia y forman parte, junto a otros elementos, del retrato turístico provincial. En los siguientes párrafos describiremos brevemente como ciertos atributos identitarios-patrimoniales vinculados a la gesta libertadora fueron transformados en atractivos turísticos en el periodo 1932-1943. Haremos una breve referencia acerca de cómo se vincula la construcción de atractividad turístico-patrimonial con los usos políticos de la memoria.
Entre los años 1932-1943, el Estado tiene gran injerencia en la construcción de atractividad turística patrimonial. Se trata de un momento en el que la memoria histórica de la Nación es considerada un asunto de Estado y se refuerzan políticas para la instalación de lugares de la memoria. El interés del Estado en construir una memoria histórica se ve reflejado en la creación de instituciones, tales como la Comisión Nacional de Monumentos y Sitios y la Academia Nacional de Historia. Asimismo, hacia mediados del siglo XX, la figura de José de San Martín constituye el más preciado capital simbólico de nuestra identidad nacional, razón por la cual se denomina a este periodo como sanmartinismo.
En el ámbito provincial surgen una serie de iniciativas destinadas a poner en valor los sitios sanmartinianos, entre las que se destacan la repatriación de los restos del General Espejo al Campo Histórico El Plumerillo, el traslado de la Bandera del Ejército de Los Andes a la Sala Roja de la Casa de Gobierno y las declaratorias de protección llevadas a cabo por la Comisión Nacional de Monumentos y Sitios. Durante estos años se declara MHN a las Ruinas de San Francisco. MHN a las Ruinas de San Agustín, LH al Solar de la Casa de José de San Martín en la Alameda y LH al Campo Histórico El Plumerillo). Se inaugura, además, la filial del Instituto Sanmartiniano y toman relevancia instituciones vinculadas a la historia y la puesta en valor del patrimonio cultural local, tales como la Junta de Estudios Históricos de Mendoza y la Liga Solidaria Argentina. Las acciones de puesta en valor del patrimonio local llevadas a cabo por los gobiernos neoconservadores generan transformaciones materiales y simbólicas en el paisaje. Se atribuyen nuevas funciones al espacio dotándolo de valores y objetos colmados de significados e intencionalidades.
El culto a los héroes militares, el sanmartinismo y las políticas para la instalación de lugares de memoria se vinculan fuertemente con la concepción del turismo como práctica patriótica. Las iniciativas para institucionalizar la actividad turística permiten organizar el turismo en la región y comenzar a señalar hitos y monumentos sanmartinianos, generando las primeras rutas turísticas vinculadas a la gesta libertadora. Una de las iniciativas surgidas en este periodo es la señalización de la ruta del Ejército de Los Andes. Para esta tarea se designa al Teniente Coronel Leopoldo Orstein y Juan Peralta como encargados de realizar un trabajo histórico que permita reseñar estos sitios en el trayecto desde la Ciudad de Mendoza hacia la Cordillera de los Andes. A partir de este trabajo, y por medio del decreto 674 de 1933, se fijan hitos y monumentos que rememoran los principales hechos de la gesta libertadora. En mayo de 1935 se inaugura el monumento en homenaje al Ejército de los Andes en Canota y se finaliza un monumento recordatorio con un mástil en las cercanías del fortín de Picheuta.
Asimismo, la Ley Provincial de Turismo N° 1261 (1936) contempla entre sus objetivos la determinación y el señalamiento, por medio de monumentos recordatorios, de los principales hechos surgidos durante la epopeya sanmartiniana. Para este fin, se solicita a la Junta de Estudios Históricos de Mendoza la indicación de sitios históricos provinciales, los cuales luego serán incluidos en guías turísticas oficiales. El encargado de realizar esta tarea es el historiador local Fernando Morales Guiñazú. En su estudio, el académico incluye una serie de sitios vinculados al paso del Gral. San Martín por Mendoza entre los que destaca el manzano del Gral. San Martín, el solar de la vivienda del Gral. San Martín, la plaza Pedro del Castillo, la casa de Tomas Godoy Cruz y las ruinas de San Francisco y San Agustín. Posteriormente, se realizan gestiones para la conservación y arreglo de estos espacios y se encarga a la Dirección Provincial de Vialidad la confección de un plano especial de Mendoza con datos y referencias de interés para el turista. La Dirección Provincial de Turismo, creada en este periodo por decreto Nº411, reproducirá las imágenes de estos sitios y sus discursos históricos asociados y los pondrá a disposición de los visitantes a través de folletos y guías turísticas.
Las políticas turísticas desarrolladas en este periodo generan óptimos resultados para la industria concretando algunos de los propósitos perseguidos por el Estado para el desarrollo de la actividad: se incrementa el número de visitantes, aumenta el consumo de productos regionales, crece la oferta de alojamiento y se mejoran las instalaciones de los servicios de alimentación. Paralelamente, se desarrolla un proceso de construcción social del atractivo turístico sanmartiniano, transformando recursos (sitios y bienes patrimoniales) en atractivos turísticos. Comienza a educarse la mirada turística delimitando “qué” se debe ver y “porqué” es importante mirarlo, proporcionando hitos claros y objetos de contemplación considerados valiosos y dignos de ver y gestando nuevos imaginarios turísticos en torno a la provincia y su atractivo como cuna del ejército libertador.
*La autora pertenece al CONICET- UNSJ