Jugar con plantas del mismo color posibilita dar vida a algún sector especial del jardín o permitirnos el placer de disfrutar de nuestro tono preferido, prolongando la decoración interior.
Hoy es posible encontrar en el mercado diferentes elementos y objetos para acompañar las plantas adecuadas. Siempre respetando la incidencia de la luz, las condiciones de riego, la pendiente del terreno y la fertilidad del suelo, puede recurrirse a una amplia variedad de especies para cada color escogido.
Serenidad del blanco
Recrear espacios de plena tranquilidad es muy simple valiéndose del blanco. Elegir las plantas, en este caso, es una tarea sumamente sencilla, ya que pueden emplearse desde enredaderas y trepadoras a gran variedad de floración en esta tonalidad como el jazmín blanco o el de leche y la Rosa Jazmín o Banskiana.
Los arbustos como la Corona de Novia o las Verónicas, a su vez, resultan muy útiles ya que no requieren grandes cuidados. Entre las herbáceas son seductoras y muy combinables las antiguas Calas, los Malvones, las Dimorfotecas y las Iberis o Reina de la Nieve. Casi todas las especies que tienen variedades blancas pueden usarse planificando su plantación según las propias necesidades de iluminación y temperatura.
Frescura en azul
Frutos como la vid para las pérgolas o el Agapantthus africanus para canteros y borduras resultan útiles cuando se planifica un jardín en tonos azules, violáceos o celestes. Así también las Verbenas, tan frágiles como silvestres, o los Asteres, de floración abundante entre las herbaceas.
En el caso de los arbustos, el fruto de el Raphilefis tiene un acentuado azul casi violeta. Los Convolvulus, en tanto, pueden adecuarse a las macetas. El marco de Jazmín del cielo o Jazmín celeste usado como trepadoras puede alojar Verónicas azules, Lavandas o Santoninas para plantines de estación. Es posible elegir entre Pensamientos, Violas Petunias y tantas más.
Alegría naranja
En este caso, pueden emplearse en el diseño del jardín los frutales, naranjos, mandarinos (si el lugar es grande) o quinotos. Para espacios reducidos o aún para maceteros es posible combinar con Alivias en los rincones más sombreados o Dalias para los más soleados. Otra opción para recrear jardines en esta tonalidad son las Achiras, cuyas grandes hojas se destacan por sus flores anaranjadas.
Impacto amarillo
Margaritas de todo tipo combinan en este caso con los follajes de invierno del Acer si es que existe espacio suficiente o de limoneros o Robinas de hojas verde limón. Incluso las Magnolias y árboles de pequeño porte pueden completar el paisaje.
En el diseño es posible valerse de Madreselvas y, en caso que se pretenda agrupar en canteros, de las delicadas rosas inglesas en este color. Herbáceas perennes de este tono son las Achilleas y los Crisantemos.
Rojo pasión
En este caso es posible combinar los rojos que proveen las Rosas -sean arbustivas o trepadoras- en todas sus gamas, del más pálido al más intenso, aún en variedades pequeñas. Entre los árboles chicos es de gran interés decorativo, por su floración muy oscura, el Crespón o Lagerstroemia.
Herbáceas de estos tonos abundan en los viveros, como las Gallardias o Achileas. Las Kalanchoes rojas, en tanto, son suculentas y muy llamativas.