Gracias a las amplias posibilidades estéticas y estructurales, su bajo peso y resistencia estructural de este material, es posible realizar techos vidriados, como recurso arquitectónico de gran diseño y distinción que no pasa desapercibido.
Los techos vidriados son una excelente elección que permiten sumar una superficie horizontal transparente que deja paso a un gran caudal de luz a los espacios, donde es necesario complementar la iluminación brindada por las ventanas.
Además, brindan una gran amplitud visual que se vuelve infinita, resultando ideales tanto en viviendas, como en edificios comerciales o institucionales.
En el mercado existen techos vidriados que pueden adaptarse a variados proyectos, a través de un sistema muy simple de largueros que se colocan sobre un tubo de aluminio o una estructura, en variadas dimensiones, según la luz a cubrir, y de travesaños en el sentido de la pendiente.
Las infinitas posibilidades de diseño del sistema permiten el desarrollo de todo tipo de formas, tanto en superficies planas, curvas, como en bóvedas de cañón corrido. También es posible conjugar de manera armónica y como recurso estético, al aluminio con la madera, para otorgarle calidez y textura al ambiente. En este caso los largueros están fijados a vigas de madera.
Es importante tener en cuenta que, cuando se opta por un techo vidriado, dada la gran superficie que ocupa el vidrio, resulta fundamental la correcta elección del mismo, teniendo en cuenta no solo los aspectos de seguridad y de la adecuada aislación térmica, sino también el control solar.
Fuente: Aluar - Grupo Construya