Smartphones chiquitos, grandes, con cámara de alta definición, con 16, 32 o 64 gigas. Con o sin tarjeta de memoria. Con 4G. Con vidrio reforzado. Son miles las características que puede tener un teléfono inteligente, pero ninguno hasta ahora está pensado para que lo use papá, mamá o los abuelos.
Las personas más grandes pueden tener serios conflictos para usar tecnología moderna. Principalmente porque crecieron en una época en que las pantallas táctiles y los sistemas informáticos no estaban presentes ni en sus más locos sueños.
Ahora llegó el momento de darle a ese familiar su primer smartphone, pero ¿Cómo lograremos que se adapte a usarlo? Es más fácil de lo que parece. Con unos pocos ajustes vamos a poder hacer de un dispositivo complejo algo súper simple para esa persona que necesita las menos complicaciones posibles. ¿Qué hay que hacer?