En la web de National Geographic, Brian Clark Howard definió a la librería Ateneo Grand Splendid como "la librería más hermosa del mundo". El periodista destacó una "iluminación suave, con detalles que muestran lo mejor de la artesanía de principios del siglo XX". Y agregó: "La extensa tienda está ubicada en un antiguo teatro hermosamente conservado. Sólo que en lugar de bailarines y cantantes de tango, las estrellas son ahora las palabras impresas".
Ya en 2008, el diario británico The Guardian la había ubicado en segundo lugar entre las librerías más lindas del planeta detrás de la Boekhandel Selexyz Dominicanen en Maastricht (Holanda) y por encima de la bellísima Librería Lello, en Oporto (Portugal).
La historia
El edificio Grand Splendid fue testigo de infinitas historias y secretos. En 1919 se inauguró como teatro, luego se convirtió en Radio Splendid y en 1926 pasó a ser la discográfica El Nacional Odeón, sede en la que se grabaron algunos clásicos del tango.
Entre 1964 y 1973 volvió a ser teatro. Y tuvo su etapa como cine emblemático de Buenos Aires hasta que las puertas se cerraron, en 2000, tras diferentes ciclos de crisis económica. Al poco tiempo, la cadena El Ateneo se quedó con el edificio y lo transformó en la librería más grande de América Latina con 500.000 títulos -entre libros, CDs y DVDs- repartidos en 2000 metros cuadrados.
Ubicada en Avenida Santa Fe 1860, en Recoleta, el enorme local de venta de libros supo mantener el ambiente sofisticado del cine teatro que construyó un inmigrante que pudo ver el futuro en el cine y las grabaciones discográficas.
Se llamaba Mordechai David Glücksmann, pero se conoció como Max. Llegó a Buenos Aires en 1890, desde Ucrania (en ese entonces el Imperio Austrohúngaro) con una mano adelante y otra atrás.
Comenzó a trabajar como ayudante de fotografía en la Casa Lepage, propiedad del barón belga Enrique Lepage, donde conoció allí a otro pionero del cine, el francés Eugenio Py.
Lepage, Glücksmann y Py asistieron a la primera exhibición cinematográfica que ser realizó en la Argentina, en 1896, y quedaron fascinados con las posibilidades comerciales de este invento. Así es que se pusieron en contacto con los hermanos Lumière para la comprar los proyectores pero no llegaron a concretar nada. En su lugar, importaron un "cronofotógrafo Elgé" de la empresa francesa Gaumont- Demeny de 1897 y un "cinematógrafo Phaté", distribuido por la Compañía General de Fonógrafos, Cinematógrafos y Aparatos de Precisión, de la también francesa Pathé Freres.
En 1908, Max Glücksmann abrió salas para la exhibición cinematográfica en Buenos Aires, en el interior y enMontevideo. Allí es cuando hizo construir la primera sala de cine de Argentina, en el Teatro Grand Splendid.
Su arquitectura
Hoy, la librería Ateneo Grand Splendid mantuvo la arquitectura con la que la que imaginó Glücksmann, como: la riqueza de su decoración original, los palcos, su cúpula pintada a mano y el escenario en el que hay instalado un bar.
El edificio de departamentos que contiene al teatro se inauguró como tal en 1919 con diseño de los arquitectosRafael Peró y Manuel Torres Armengol.
La cúpula, de 20 metros de lado, fue pintada a mano por el italiano Nazareno Orlandi con una alegoría de la paz como homenaje al fin de la Primera Guerra Mundial.
Cinco años después de su inauguración, Glücksmann lanzó la estación Radio Splendid que funcionaba en el mismo edificio, así como su compañía Nacional Odeón. Allí se realizaron grabaciones de tangos y el mismo Carlos Gardel grabó algunos de sus canciones más famosas. Así, el teatro se convirtió en sala de cine.
La fama
En 1914, la revista Fortune incluyó el nombre de Glücksmann entre las grandes fortunas en el continente americano. Hasta 1930 su empresa cinematográfica hizo noticieros sin sonido y algunas cintas sonoras, pero debido al crac del 29, Max tuvo que vender sus salas y se quedó con el negocio discográfico.
Ya desde 1914, Glücksmann tenía contratos exclusivos con los mejores músicos y compositores de tango. Era muy apreciado entre los músicos porque introdujo el concepto de las regalías por primera vez en la Argentina. En 1917, contrata al dúo que formaban Carlos Gardel y José Razzano, además de a Ignacio Corsini, Roberto Firpo y Francisco Canaro.
Murió el 20 de octubre de 1946.