La recién terminada edición 2016 del Rally Dakar fue una de las más atípicas de su historia: se corrió sin desierto, nunca antes tantas etapas se habían modificado por cuestiones climáticas, triunfó un “novato” equipo Peugeot en la categoría autos, tuvo ganadores debutantes y tres argentinos llegaron al podio.
La falta de un desierto donde correr tras el abrupto retiro de Perú en agosto pasado, sumada a la previa deserción de Chile, obligó a los organizadores a cambiar el recorrido sobre la marcha, así es que las primeras etapas fueron dignas del Mundial de rally, pero entre la séptima y la undécima llegarían las más “dakarianas” y complicadas, cuando los competidores arrastraban una buena cuota de cansancio.
Prueba de ello es que hasta la primera semana había abandonado apenas el 16% de los 347 competidores que habían largado desde Técnópolis y, en la última semana, las deserciones subieron al 20% hasta totalizar así más de un tercio.
El mal tiempo, un obstáculo
El clima, siempre responsable de las jornadas más calurosas y límites del rally en el Norte argentino, tuvo este año un fenómeno añadido: El Niño. Nunca antes tantas etapas habían sido acortadas por el mal tiempo, incluyendo la suspensión total de la primera etapa entre Rosario y Carlos Paz, que ni siquiera pudo largarse por las intensas lluvias que se registraban en la zona.
Lluvia, crecidas de ríos e intenso calor fueron los motivos reiterados por los que se acortaron y modificaron tramos de esta tradicional carrera de riesgo. En etapas clave, como las desarrolladas en Belén, Fiambalá, La Rioja y San Juan, las altas temperaturas sumadas a la complejidad del recorrido determinaron que las autoridades deportivas recortaran los recorridos.
La decisión generó malestar entre aquellos pilotos de autos y, sobre todo de motos, que habían terminado el recorrido. “Para nosotros lo más importante es la seguridad de los pilotos. Es nuestra prioridad y cuando se diseña un recorrido es previendo estas cosas, que las especiales pueden ser recortadas”, tiró el director del rally, Etienne Lavigne, ante los cuestionamientos.
Apellidos que hicieron historia
Para los argentinos, la edición será recordada como histórica porque nunca antes el podio del Dakar tuvo a tres compatriotas: Marcos Patronelli, ganador en cuatriciclos; su hermano Alejandro, segundo en la misma especialidad, y Federico Villagra, tercero en los camiones.
En tanto, Kevin Benavides, de 27 años recién cumplidos, fue otro de los que escribió un capítulo de esa historia. Debutante este año, fue el primer argentino en ganar una etapa en la categoría para motos y terminar cuarto en la clasificación general, demostrando que es uno de los representantes de la nueva generación proveniente del enduro.
Con acento francés
Peugeot también escribió un nuevo capítulo al ganar en autos, a sólo dos años de su regreso al Dakar.
El equipo galo dominó de principio a fin con Sebastien Loeb, Carlos Sainz y Stéphane Peterhansel, quien finalmente le dio a la marca este nuevo rally, el primero con tracción simple, el primero desde su última victoria en 1990 (en África) y totalmente francés. “Todo esto es trabajo en equipo. Por éso es posible estar acá. El que no trabaja, se queda estancado”, había dicho el director del equipo, Bruno Famin.
Ése trabajo rindió sus frutos y el León se quedó con el título en sus manos y con la satisfacción de que sus otros dos pilotos en carrera, Loeb y Cyril Despres, hayan terminado entre los 10 más destacados.
Con la próxima edición asegurada para Sudamérica y nuevos países en carpeta además de Argentina y Bolivia, el desafío será igualar o superar en emociones inesperadas a éste que terminó. Después de todo, ése es el “espíritu Dakar”.