Hacer el autoexamen de mamas en forma regular y constante nos permitirá darnos cuenta de ciertas irregularidades. En ese caso, es importante recurrir al médico, no porque pensemos que se trate de un cáncer de mama, sino porque hemos descubierto algo diferente a lo que ya conocíamos a través del tacto.
¿Cómo examinarte? Fácil:
1) observá si hay cambios en el color de la piel, pezón retraído, pequeños hundimientos en el seno, secreción; 2) pararse frente al espejo colocando los brazos a los lados del cuerpo, colocar las manos en alto por detrás de la nuca, poner las manos en la cintura, apretando hacia abajo e inclinándose hacia delante; 3) recostada, levantando primero un brazo por encima de la cabeza. (luego lo mismo con el otro brazo); 4) utilizando la yema de los dedos comenzá a examinarte con la mano izquierda el seno derecho, con pequeños movimientos circulares alrededor del pezón y continuar por todo el seno ; 5) luego, de arriba hacia abajo y viceversa, en forma vertical; 6) hacelo también en forma horizontal, desde la axila hasta el esternón; 7) Palpá la axila; 8) al terminar de examinarte el seno derecho, repetí lo mismo con el izquierdo.