O´Higgins fue un hombre de elevadas virtudes morales, que amó y sufrió su patria de tantos enconos y ambiciones políticas que contrastaban con su vocación ciudadana, situaciones que motivaron su prematuro alejamiento del escenario político de su país.
Tras la caída del gobierno de Rosas en Caseros, regresó al país, visitando Mendoza en 1853, donde fue nombrado senador provincial y senador suplente de la Confederación Argentina.
Las Heras recibió los despachos de teniente coronel de Infantería de línea y se incorpora el Ejército de los Andes, abocándose a la formación del Regimiento 11 de Infantería.
John Thomond O’Brien, fue un prócer de estatura, que tiñó su corazón de celeste y blanco. Sus restos fueron trasladados a nuestra provincia, arribando el 20 de enero y depositada la urna el 23 en el Campo de Instrucción de El Plumerillo.
Josefa siempre invocaba la Patria de sus padres y su Tatita como siempre recordaba a su abuelo. De una vocación solidaria muy profunda, dedicó su vida a servir a sus semejantes.
Su devenir fue siendo conocido por sus compañeros, que ya admiraban su decidida acción en combate. San Martín que también lo admiraba, simplemente lo llamaba Mariano, rompiendo con el habitual protocolo castrense. Tiempo después Bolívar expresó: Necochea se arrojó a las filas enemigas con una impetuosidad heroica, recomendándolo a “la admiración de América” y fue ascendido en el mismo lugar a general de División. En 1831 participó de la guerra civil del Perú marchando al mando del ejército que entró en Lima. En 1834, recibió el despacho de Gran Mariscal del Perú.
El destacado ingeniero hídrico pudo dominar las fuerzas de la naturaleza y adaptarlas al progreso humano en todas las formas posibles.
