Opinión
Las des-ventajas de Cristina
La reaparición en escena de Cristina hace que sea LA opositora al gobierno, con todo lo que eso podría implicar como caudal electoral en territorio bonaerense. Macri no puede ni soñar con eso.
La reaparición en escena de Cristina hace que sea LA opositora al gobierno, con todo lo que eso podría implicar como caudal electoral en territorio bonaerense. Macri no puede ni soñar con eso.
Danald Trump ganó la discusión sobre el manejo de la economía, sí, pero con un detalle esencial: lo que predominó no fueron los datos objetivos -muy positivos- sino la percepción de la calle sobre los mismos.
El gobierno sigue de fiesta porque en la mayoría de los índices macroeconómicos le va bien. Sin embargo, el éxtasis no es infinito. El dólar planchado hace que tengamos 4 meses seguidos de déficit en cuenta corriente (¿tenemos que volver a ver la película “Plata Dulce”?).
El gobierno sigue gozando de buenas noticias, y el presidente dijo que de ahora en adelante solo habrá de esas y no de las malas. Todo bien en la macro pero la reactivación no aparece en los supermercados, que sigue planchada. “Felicidad, felicidad, en primavera volverá”, cantaban Los Iracundos.
El oficialismo tiene tantos motivos para festejar, que la interna peronista no le preocupa demasiado, ni tampoco el conflicto universitario. La inflación baja, como el riesgo país, las exportaciones energéticas brillan, los bonos argentinos suben, el dólar blue está hibernando, llovió un poco y favorece al maíz, las empresas se endeudan en dólares porque “la ven”, el FMI finalmente bajó la sobre tasa, el BID nos da más créditos. ¡Qué fantástica, fantástica esta fiesta!
El presidente ha tomado la decisión de mostrar liderazgo firme –como en su momento Menem- pese a los costos que eso conlleve. Es decir, Milei prefiere pagar costos sociales ahora para obtener un beneficio futuro, cuando realmente cuenta, que son los votos 2025.
LLA ya es un partido nacional y así lo festejó en Parque Lezama. Pero no se comprende muy bien por qué hicieron un acto clásico, siendo ellos los disruptivos frente al statu quo. Como lo dijo Buñuel con la burguesía, ser casta tiene su encanto.
El gobierno dirá que –con algo de razón- con semejante herencia recibida, el remedio iba a ser muy amargo y en algún momento la gente se iba a fastidiar. No obstante, si se le descalabran los fundamentals económicos, puede quedarse sin el pan y sin la torta. Con déficit cero a rajatabla, nadie lo podrá ver como un tibio.
El asado “a la romana” no tuvo buen impacto comunicacional, ya que equivocaron la consigna. Festejar un recorte de hecho a los jubilados, como lo será con las universidades, son gotas que empiezan a llenar el vaso de la paciencia social.
En el juego de la geopolítica mundial, Argentina forma parte del G-20 y es el octavo territorio más grande del planeta, con un montón de cosas en su subsuelo que son apetecibles. Así es como Trump lo ayudó a Macri y Biden se hizo el boludo con los desajustes de Massa. Y ahora el bueno de Joe decidió no soltarle la mano al “gatito mimoso” (y de paso avisarle que quizá Kamala gane).