Nada de papillas: el bebé está sentado a la mesa con la familia y elige por su cuenta qué quiere comer. A veces es un pequeño trozo de verdura, a veces algo de pescado. Además, el bebé toma pecho o un biberón con leche. Juana Rodríguez se enteró del método leyendo el diario hace siete años, cuando nació su primer hijo. El baby-led weaning viene del Reino Unido y consiste en que los niños no coman papilla sino que prácticamente participen de las comidas de la familia.
La traducción de baby-led weaning (BLW) vendría a ser "destete dirigido por el bebé". "Me pareció completamente novedoso, sobre todo porque ya sabía por amigos y conocidos qué poco les gusta comer papilla a los bebés", cuenta Rodríguez.
Primero le ofreció a su hijo Milo trozos de pepino. Luego probó con galletas de arroz, patatas, pan, verduras al vapor y fideos. "Era impresionante ver con qué alegría mi hijo se sentaba a la mesa y probaba los distintos alimentos".
El baby-led weaning no es un invento nuevo. Desde hace cientos de años, los padres dan de probar pequeños trocitos de comida a sus bebés. La mayoría de los bebés suele estar listo para empezar a probar alimentos que no sean leche. El baby-led weaning fomenta el desarrollo individual del niño: el bebé sigue siendo amamantado o alimentado con biberón y los pequeños trozos de comida son un juego inicial que va cobrando cada vez más espacio.
En concreto, el asunto funciona así: el bebé se sienta a la mesa con la familia y recibe pequeños trozos de comida. En principio deben ser cosas blandas como pedacitos de verdura al vapor, pan, manzanas hervidas o pescado en porciones bien pequeñas y sin espinas.
Estas pequeñas porciones no llegan a saciar al bebé, por eso debe seguir tomando leche.
Sin embargo, este método no convence a todos los expertos. Muchos de ellos siguen recomendando la papilla, ya que creen que con el BLW se corre el riesgo de que haya un déficit alimentario, ya que el pecho y los biberones no alcanzan para cubrir las necesidades nutricionales del niño. En las papillas, en cambio, los nutrientes están mejor medidos.
Además, el BLW aún no ha sido analizado con detenimiento por la ciencia. Por eso, es demasiado grande el riesgo de que los niños no reciban los nutrientes necesarios. Para los padres es muy difícil saber cuánto comieron los niños de esta forma. Para muchos médicos, el BLW es en todo caso un complemento. Es decir, se le puede dar la papilla al bebé y luego algunos trocitos de alimentos para que vaya probando. Para los bebés, probar alimentos por su cuenta tiene muchas ventajas, como descubrir jugando la amplia gama de sabores.
Tampoco hay que tener miedo a que los bebés se atraganten con los trozos de comida. Hay excepciones, como las nueces, las cerezas y las uvas enteras, que no deberían caer en manos de los pequeños. De todas formas, los padres siempre deberían vigilar a sus bebés cuando éstos comen.
Baby led weaning: la tendencia es que el bebé elija sus alimentos
Nada de papillas: el bebé está sentado a la mesa con la familia y elige por su cuenta qué quiere comer. Una moda polémica.
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