Desde hace un tiempo las ballenas francas australes han elegido las aguas de esta ciudad para cumplir sus ciclos vitales desde mediados de año, hasta noviembre. Dada esta novedad en la costa, la Fundación Cethus hizo una campaña el año pasado en la que relevó datos para crear un catálogo de cetáceos en el área comprendida entre Mar del Plata y Necochea, utilizando fotos e identificando a los ejemplares observados desde helicóptero y en la costa.
Ahora la idea para miramarenses y turistas es que registren las ballenas que ven en una planilla -que se puede retirar en la Dirección de Turismo-. Allí podrán decir dónde y a qué horas las vieron, cuántas eran, qué hacían, cuánto tiempo permanecieron. Si se consigue fotografiarlas o grabarlas, se podrá enviar el material a cethus@cethus.org.
La Municipalidad toma todas las medidas necesarias para evitar que las visitantes sean molestadas por lanchas o barcos. Las ballenas francas viven en el hemisferio norte (allí están la glacial y la japónica) y en el sur, donde hay una población entre Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda, y otra entre Argentina y Brasil.
Se calcula que la población de esta última, que está recuperándose luego de ser cazada casi hasta su extinción, ronda los 16.000 individuos, de los cuales unos 4.500 concurren al Golfo Nuevo, frente a la Península de Valdez.
Esta zona y otra cercana a Florianópolis, Brasil, están identificadas como áreas de reproducción, mientras que se distinguen como lugares de alimentación un foco cerca de la Antártida, la isla Tristán Da Cunha, entra África y América, un punto de la plataforma marítima argentina sobre las 200 millas marinas y a la altura de Mar del Plata y otro a la misma distancia a la altura de Península de Valdez. Asimismo, se han detectado puntos de rutas migratorias (Caleta Olivia, Comodoro Rivadavia, Cabo Vírgenes).