Berlín

La ciudad imprescindible de Europa. Histórica, vibrante, artística, atrevida.

Berlín

Berlín es una ciudad calidoscópica. Aunque es difícil resumir sus atractivos, en esta nota lo intentamos. A continuación sus imprescindibles para conocer el ABC de la capital alemana.

1. La Puerta de Brandenburgo

Construida entre 1788 y 1791, durante el reinado de Federico Guillermo II de Prusia, la Puerta de Brandenburgo se erigió como uno de los accesos a la ciudad. A más de uno, su forma los retrotraerá a los propileos del acceso a la Acrópolis de Atenas y es que fue en ellos en los que se inspiró Carl Gotthard Langhans, su arquitecto, para su creación.

Durante el siglo XX, los hechos que marcaron al país no serían ajenos a la Puerta de Brandenburgo, que fue testigo silencioso y protagonista de ellos. Los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, dañaron gravemente esta antigua puerta de acceso y -en épocas del Muro- la Puerta de Brandenburgo quedó ubicada entre medio del muro exterior e interior. Así permaneció en una especie de limbo al que nadie tenía acceso, no importaba que se fuera del Este o del Oeste.

Fue aquí también donde la gente se reunió, la noche del 9 de noviembre de 1989, para derribar la pared que había dividido a la ciudad, al país y al mundo. Desde entonces, la Puerta de Brandenburgo se convirtió también en símbolo de la reunificación alemana. Más de uno conservará en su memoria las imágenes de aquella noche que dieron la vuelta al mundo y que fueron uno de los hitos del siglo XX.

Un tip: Desde Pariser Platz, a pocos metros de la Puerta de Brandenburgo, salen diariamente tours gratuitos de New Europe que recorren la ciudad. Para consultar horarios: http://www.neweuropetours.eu/berlin/es/home

2. East Side Gallery

Tras la Caída del Muro de Berlín, la pared que dividió a la ciudad se convirtió también en arte. Hoy, la East Side Gallery es la galería al aire libre más grande del mundo, con 1,3 kilómetro de largo. Fueron 118 artistas los que formaron parte de este proyecto que reúne más de 100 pinturas.

Entre sus cuadros más emblemáticos se encuentra el Bruderkuss de Dmitri Vrúbel, aquel que inmortalizó -y satirizó- el beso que se dieron Leonid Brézhnev (Líder del Partido Comunista de la Unión Soviética) y Erich Honecker (Presidente de la República Democrática Alemana) con motivo del 30 aniversario de la RDA en 1979.  

Si el buen tiempo acompaña, los alrededores del East Side Gallery, con sus bares que se extienden a orillas del río Spree, son un lugar perfecto para disfrutar de una cerveza, escuchar música y bailar ¿por qué no? al ritmo de los sets de alguno de los Djs callejeros que se ubican por esta zona.

Nuestra recomendación: Alquilar una bicicleta para recorrer la East Side Gallery y aprovechar para conocer el vibrante barrio de Kreuzberg.

3. El Bundestag

Bundestag o Reichstag son los nombres con los que se conoce a la Sede del Parlamento Alemán en Berlín. Diseñado por Paul Wallot, el edificio original fue finalizado en 1894. Sin embargo, en 1933 el Bundestag sufrió un dudoso incendio que nunca llegó a esclarecerse y que el Nacionalsocialismo utilizó en su propio beneficio. Así fue que, tras culpar a un supuesto agitador comunista, Hitler aprovechó la situación para abolir la mayoría de los derechos de la Constitución de 1919. Se daba inicio al ascenso del nazismo y a la etapa más turbulenta de la historia alemana.

El Bundestag no fue ajeno a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial y, tras un largo debate, se decidió reconstruirlo, aunque sin su cúpula original. Las obras comenzaron en 1996 a cargo del célebre arquitecto Norman Foster.  Hoy, la nueva cúpula vidriada -que puede ser visitada- es uno de los paseos más elegidos por los viajeros y ofrece unas excelentes vistas de la ciudad.

Un tip: Las visitas son gratuitas y lo mejor es hacer una reserva previa para asegurarse lugar. Se pueden hacer por internet en el siguiente link: http://www.bundestag.de/en/visittheBundestag/dome/registration/245686

4. Alexanderplatz

Donde hoy se ubica Alexanderplatz, antaño hubo un mercado de venta de ganado llamado Ochsenmarkt. Aunque, tras la visita del zar Alejandro I en 1805, la plaza fue rebautizada con el nombre que mantiene hasta nuestros días. Durante la década de 1920, fue el epicentro de la noche berlinesa y en 1960  -tras ser reconstruida- se convirtió en el espacio público por excelencia del Berlín Oriental. Pasan los años y si hay algo que esta plaza ha aprendido, es a reinventarse.

Hoy sus alrededores albergan centros comerciales que exudan un capitalismo impensado décadas atrás. Sin embargo, Alexanderplatz todavía mantiene el sello arquitectónico socialista, planteado por los urbanistas de la República Democrática Alemana, aquél que encuentra en la Torre de la Televisión uno de sus mayores exponentes. Aunque tampoco pueden pasarse por alto: el Reloj Mundial y la Fuente de la Amistad entre los Pueblos, también en esta plaza.

Nuestra recomendación: hacer una parada en alguno de los food trucks y probar un bratwurst -una salchicha alemana que se acompaña con pan- o un currywurst -papas fritas y salchichas acompañadas de kétchup y curry-.

5.Monumento al Holocausto

2.711 bloques de hormigón de diferentes alturas -entre 0,50 metro y 4,5 metros- conforman el Monumento al Holocausto. Inaugurado en 2005 y a pocas cuadras de la Puerta de Brandenburgo, este memorial posee 19 mil metros cuadrados: la superficie de dos canchas de fútbol, aproximadamente. Lo que pretendían sus creadores -el arquitecto Peter Eisenman y el ingeniero Buro Happold- era sumergir a los visitantes en un ambiente incómodo, confuso y progresivamente aplastante, como el que vivieron las víctimas del Holocausto.

Un tip: Complementar el monumento con la visita al Centro de Información -ubicado debajo del Monumento- donde se ahonda en este período a través de testimonios y una revisión de la política de exterminio del nazismo.

Además

Museos: Berlín ostenta una oferta de museos -tan deliciosa como extensa- lo que hace imposible visitarlos todos. Aquí al viajero no le quedará más remedio que elegir. Algunos de los más visitados son: el Museo de Pérgamo y el Museo Nuevo, en la Isla de los Museos; el Museo Judío que ahonda en la cultura e historia del judaísmo alemán y la Topografía del Terror que documenta la historia de los organismos que ejercían el terror durante el gobierno Nazi.

Postdamer Platz: Completamente reconstruida luego de la Segunda Guerra Mundial, Postdamer Platz muestra hoy una de las caras más modernas de la ciudad. Aquí es donde cada año se celebra la Berlinale, el Festival Internacional de Cine de Berlín.

Checkpoint Charlie: Fue el más famoso de los pasos fronterizos en épocas del Muro. Hoy cuenta, además, con un museo que expone los escapes más inverosímiles de Berlín Este.

Domingos en Berlín: Si se está un domingo en la capital germana hay dos planes para hacer y sentirse un alemán más en la ciudad. El primero, salir de brunch. Muchos restaurantes ofrecen esa combinación de desayuno y almuerzo, tipo buffet libre, que quita el hambre para el resto del día. El segundo, ir al Mauerpark y disfrutar de los espectáculos callejeros, el karaoke y el mercado de comida que se extiende al costado del parque.

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