Con los dos equipos ya instalados en Madrid, los jugadores de River y Boca salieron a dar declaraciones y más allá de hablar de lo futbolístico llevaron todo a un plano personal que sólo hace crecer la locura que ha rodeado a este partido.
"A mí no me escribió nadie y en seis horas no fue nadie al vestuario. Estuvimos seis horas encerrados y no me llamó nadie de River", tiró Pipa Benedetto, uno de los más enojados con la situación vivida aquella tarde en la que acusó a River de manejar todo en los escritorios.
Pero llamativamente después salió su compañero, Wilmar Barrios y desmintió esa versión. "he hablado con mis compatriotas Borré y Quinteros después de todo lo que pasó. Son jugadores a los que conozco desde hace tiempo y siempre estuve en contacto con ellos".
Carlos Tevez, por otra parte, habló de su decepción de no jugar en el Monumental, pero hay que recordar que el Apache fue el más radical con la postura de no jugar el encuentro y el ideólogo de la frase "el que a escritorio mata, a escritorio muere".
Otra frase poco feliz de Benedetto fue la que le dedicó al barrabrava Rafael Di Zeo. "No son temas de los jugadores, es hincha, si lo han podido habilitar por algo será, bienvenido sea porque es un líder histórico de la barra", y después mandó un mensaje a los de enfrente. "Somos y seguimos siendo los más grande".
Desde el otro lado, Leonardo Ponzio aseguró que siempre se solidarizaron con los jugadores de Boca y que volverían a hacerlo de pasar una situación similar.