La interminable final de la Copa Libertadores sigue dando que hablar y a cada minuto hay nuevas informaciones. Ayer, luego que la reunión cumbre en la Conmebol arrojara el resultado que el ente máximo sudamericano había programado la final para el 8 ó 9 de diciembre, fuera de nuestro país, salió el titular de Boca, Daniel Angelici, con una bomba difícil de desactivar.
Tras el cónclave, Angelici ratificó la postura de Boca: suspender la final y descalificar a River Plate por los incidentes el sábado en las adyacencias del Monumental.
“Hemos llegado a Paraguay por pedido del presidente de la Conmebol para comunicarnos que el Comité Ejecutivo tomó la decisión de que el partido se juegue. Boca escuchó las palabras del presidente y le comunicó que la comisión de Boca pidió la descalificación (de River) y que iba a esperar al Tribunal de Disciplina para que nos dé una resolución. En el día de la fecha nosotros no aceptamos jugar ningún partido hasta que el Tribunal se expida”, aseguró el mandatario del club de la Ribera.
En esa línea, el mandamás ratificó que agotarán todas las instancias y "si tenemos que ir al TAS, lo vamos a hacer". Además, se encargó de destacar en repetidas ocasiones que el Tribunal de Disciplina es un ente autárquico "gracias a su facultad en el Art. 35", por lo que no le sorprende que la organización ya haya publicado posibles fechas para la definición.
Asimismo, añadió: "Creemos que tenemos y la Conmebol tiene antecedentes suficientes para dar la razón a lo que pide Boca". Previo a su retiro, disparó una frase contundente: "Yo vine acá muy firme sabiendo a qué venía: a escuchar, presentar la ampliación de la denuncia y a esperar lo que resuelva el Tribunal de disciplina".
En cuanto a la reunión del mediodía, estuvieron presentes Angelici, D'Onofrio, Tapia y Alejandro Domínguez. Lo sorpresivo fue que se sumó un nuevo integrante: Robert Harrison, el presidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol. Y su presencia no es una casualidad por que la idea de la Conmebol es que el Boca-River se juegue en Paraguay.
En un breve comunicado, previo al anuncio de Alejandro Domínguez, su presidente, la Conmebol señaló que "conforme a los hechos de violencia" que "pusieron en riesgo la seguridad de los jugadores, oficiales y aficionados" se decidió que el partido final "no se juegue" en Argentina.
"Cabe resaltar que las determinaciones que se tomen en la reunión de hoy son de carácter deportivo y, en todo caso, son independientes y están sujetas a los fallos vinculantes que tome el Tribunal Disciplinario de la CONMEBOL, órgano independiente de la administración, en los procesos de orden jurídico que están en curso", destaca.
De esta manera, el organismo deja en claro que todo lo que se resuelva en la reunión entre los presidentes quedará supeditado del fallo del Tribunal de Discplina y de la posible apelación de alguna de las partes ante la Cámara de Apelaciones, que son órganos independientes.
El presidente de la Conmebol ya adelantó que quiere que el partido se defina en la cancha. River buscará evitar la sanción deslindando la responsabilidad de lo sucedido a los errores del operativo de seguridad. Boca quiere ganar la Copa Libertadores en el escritorio porque considera que los hechos fueron muy graves.
Conmebol ya sancionó a river
La Conmebol ya tomó una decisión independientemente de lo que decida del Tribunal: sancionó al club de Núñez sacándole la localía en la revancha. Dejando en claro que lo que decía D'Onofrio a modo de defensa, asegurando que esperaba que se jugase en el Monumental y con público, ya quedó out. Decisión impensada de la Conmebol, teniendo en cuenta que se espera el fallo del Tribunal. Cortó de plano con la idea de dejarle a River la chance de ser local, como lo fue Boca en la Bombonera. Es una forma de darle un grado de responsabilidad al club por todos los incidentes. Mientras Boca sigue con la idea de ganar los puntos por el escritorio ("no aceptamos jugar ningún partido hasta que el Tribunal se expida, y en todo vamos vamos a apelar", dijo Angelici), ya hubo una primera sanción a River, que de mínima se pierda la chance de ser local y ya no estará en igualdad de condiciones.
El tribunal, actor principal
El Tribunal de Disciplina de la Conmebol tiene en sus manos el futuro de la Superfinal de la Libertadores.
Un jurado compuesto por cinco miembros deberá analizar el reclamo que elevó Boca y determinar si River tiene que ser sancionado por el ataque de los hinchas al micro xeneize. Solo podrán votar cuatro jurados porque Diego Carlos Hernán Pirota, de estrecha relación con Boca, no podrá participar por ser argentino.
De esta manera, de los cuatro disponibles, se sortearán tres para que tomen la resolución final. El presidente del Tribunal es Eduardo Gross Brown, abogado paraguayo de mucha experiencia en la Conmebol y uno de los que participó de la eliminación a Boca en 2015 por el caso del 'gas pimienta'. Al titular del Tribunal se suman la abogada venezolana Amarilis Belisario, el brasileño Antonio Carlos Meccia y el chileno Cristóbal Valdés. Ellos tendrán en definitiva la decisión en sus manos sobre este caso bochornoso.