Sonia se pasó hasta la madrugada del sábado confeccionando cojines con los colores de Boca y River. Hizo 20 de cada uno para vender el sábado por la tarde una vez que el partido hubiera concluido y de ese modo salir a la calle con los colores del ganador "y unos pocos del que perdiera", dice.
La mala noticia le llegó por la siesta cuando la Conmebol afirmaba que el partido en la Bombonera iba a suspenderse. Sonia entró en pánico: "sin partido no hay ventas", se dijo.
La mujer -que no muestra su cara en la foto por miedo a las reprimendas municipales- confecciona pequeños almohadones con facilidad y con bastante arte. Los hace de todos los equipos y hoy por hoy los vende a 100 pesos cada uno. "Pero con lo que pasó -la suspensión- me di cuenta de que iba a llegar al sábado a la noche sin un peso", cuenta.
De modo que tomó una bolsa grande y allí colocó unos diez cojines de River y otros tanto de Boca. Y salió por la calle San Martín a ofrecer su mercadería a los transeúntes que por la tarde se paseaban con las camisetas de uno u otro equipo. "Algo he vendido, pero espero que llegue la final de una vez, allí el negocio florece", contó ayer.