Tras una década en la que veranear en Brasil era encontrarse con precios difíciles de digerir, las playas del país vecino se perfilan como las ganadoras para la temporada 2015-2016. La devaluación del real, sumada al atraso cambiario del peso frente al dólar, se han convertido en la fórmula perfecta para los argentinos con saudade de aguas tibias y caiprinha.
A los buenos augurios en materia turística los acompaña una intensa campaña mediática del Embratur (Instituto Brasileño de Turismo).
"Argentina es un mercado prioritario que ha ido creciendo en los últimos años. En 2014 visitaron Brasil 1.743.930 argentinos (mientras que desde Brasil a Argentina fueron 1,1 millón de turistas), al tiempo que Chile, Uruguay, Colombia, Paraguay y Perú sumaron 1.127.000 visitantes", indicó Vinícius Lummertz, presidente de Embratur, en un artículo publicado por el diario La Nación.
"Tenemos excelentes expectativas para este verano -confió-. Nuestra moneda estaba hipervaluada; cada 10 ó 12 años tenemos estas explosiones y hay que saber aprovechar los cambios".
Cambios que hablan de más de 2,2 millones de turistas argentinos en Brasil en 2016. "Ya hay 270 vuelos semanales Argentina-Brasil y cuatro ciudades argentinas (Buenos Aires, Rosario, Córdoba y Mendoza) con vuelos directos a Brasil. Esperamos que en verano haya más frecuencias", dijo el funcionario.