Llegó con su bicicleta a pura velocidad, ésa que suele imprimir a la posta cada vez que oye la orden de salida. Renzo Cremaschi es una de las grandes figuras que tiene la Universidad Nacional de Cuyo y el atletismo mendocino. El joven, que vive en el El Challao, habló sobre una nueva temporada.
"Se viene con una linda expectativa. Hemos estado haciendo varios tests y he andado bastante bien, así que estoy muy entusiasmado para este 2020", cuenta con una sonrisa que nunca se le borra de la cara, señal inequívoca de que disfruta de lo que hace.
Respecto de la actividad, repasa: "El 29 tenemos el torneo Apertura en San Rafael y después tenemos el Vendimia, que es muy importante y más adelante estamos viendo si podemos ir a los cuatro Grand Prix Sudamericanos que son en Entre Ríos, Montevideo, Santiago de Chile y Lima".
El Vendimia es un torneo en el que se siente muy cómodo y las últimas ediciones así lo acreditan: “Llevo dos años ganándolo en 100 y 200 metros. Gané en 2018 en 110 metros con vallas; en 2019 quedé segundo, me ganó otro mendocino que estaba entrenándose en el Cenard y ahora voy a tratar de reivindicarme en 2020”. La respuesta es, claramente, un desafío personal.
Ir a Buenos Aires es el objetivo de muchos, pero no para él. "En 2015 yo tenía 17 años y gané mi primer Nacional. Entonces, Miguel Leiva, mi profesor, me dijo que quizás me llamaban y yo le dije que no tenía ninguna intención de irme; acá tenía todo, un gran entrenador, un preparador físico, una pista de las mejores del país, un gran gimnasio y además mi casa, mi familia y mis amigos", confiesa Renzo mientras sus compañeros se entrenan en la pista del Malvinas Argentinas.
A la hora del balance sobre la actualidad del atletismo, este estudiante de educación física del IEF, dice: "Estamos teniendo muy buenos resultados en general y hemos subido el nivel en todas las pruebas. En San Rafael está Valentina Sánchez, una vallista que estuvo en el Sudamericano de Lima y con quien nos habíamos clasificado a Cochabamba a donde no pudimos ir por una cuestión de presupuesto. Estamos muy bien".
La plata es siempre un limitante para los deportistas y ante la consulta, responde: "Yo recibí un incentivo de la Subsecretaría de Deportes en 2017 y en 2019. Si bien ahora no llegamos con los tiempos para que colaboraran para ir a Cochabamba, he recibido. A veces no es lo ideal, pero no puedo quejarme".
Renzo es hijo único y sus padres han sido pilares fundamentales en su carrera. Sin embargo, ahora trabaja como guardavidas en una pileta para poder costearse todos los gastos.
Sobre el entrenamiento que lleva a cabo, el joven cuenta que en este tiempo de pretemporada hizo ocho sesiones semanales: cuatro días de un turno y dos en doble turno, descansando sólo los domingos.
Sobre el final, los agradecimientos no se hacen esperar y tienen nombres propios: “A Miguel Leiva y Guillermo Quintero; al deportólogo Cristian Galera; al nutricionista Javier Aristegui; al osteópata Cristian Molina, a la clínica Active Sports y a Muscle World”, cierra.
Dicen de mí...
Miguel Leiva, entrenador de Renzo, asegura: “Ha tenido muy buenos resultados y lo más importante es que tiene muy buena proyección para el futuro tanto en las vallas como en la velocidad”.
-Que no haya querido irse a Buenos Aires ¿es un orgullo para vos?
-Sí, la verdad que muy contento que quiera seguir trabajando con nosotros. Buenos Aires es muy complicado por el desarraigo”.
