Buenos Aires presentó recientemente nuevos circuitos para los turistas que quieren conocer la ciudad por su cuenta. Curados por la editorial especialista en guías de viaje, son gratuitos y están disponibles en la web con un itinerario por horas, recomendaciones de autor, transporte y un mapa geolocalizado. Las temáticas son de lo más variadas. Sólo se trata de elegir el circuito más adecuado.
Entre las alternativas figuran los itinerarios por estadía. Para los que planean una visita de 24 horas, 2 días o una semana. En cada caso ofrecen un circuito a medida que combina la parte histórica de la ciudad con las últimas novedades.
Otra de las propuestas se denomina Fin de semana gratis. En este caso, todas las sugerencias se hacen sin gastar un peso. Se pueden conocer monumentos, realizar paseos, disfrutar de ferias y hasta clases de tango.
Arte urbano, es otra de las posibilidades. Esta alternativa contempla dos días de estadía. Primero en la ruta tradicional por La Boca, San Telmo y Barracas y luego por una ruta emergente con los nuevos murales bajo las vías de tren en Palermo, Villa Urquiza y Coghlan.
Buenos Aires multicultural, es una suerte de vuelta al mundo en la ciudad recorriendo la huella de las principales inmigraciones. El Jardín Japonés, el barrio chino, la cerveza de Irlanda y la gastronomía francesa, son parte del recorrido.
También hay uno alternativo, que concretamente es un paseo de dos jornadas para quienes quieren conocer nuevas opciones urbanas alejados de los paseos más tradicionales. Arte callejero, circuito off de teatro, comida en bodegones y música en un centro cultural.
Finalmente, Secretos de la ciudad, convoca con la visita a famosos edificios con historias desconocidas, pero también incógnitos de Buenos Aires por donde pasaron emblemáticos personajes. Un chalet en las alturas, leyendas negras del Cementerio de la Recoleta y monumentos que pocos reconocen al pasar.
Para muestra…
Para que se figure cómo son estas propuestas, a continuación desarrollamos una de las posibilidades, según estadía. De esta manera, la guía sugiere las siguientes actividades y salidas para los que sólo disponen de un día para pasear por la gran capital.
Cualquier día porteño genuino tiene que comenzar con un café con dos medialunas en algún clásico bar de Buenos Aires. La tradición de los bares está muy arraigada. Para vivenciarla, qué mejor que uno de los que integran la lista de los notables: La Biela, ubicado en una de las esquinas más bellas de Recoleta.
Éste es el punto de partida de este recorrido y una invitación a recordar que en sus mesas alguna vez se sentaron Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Silvina Ocampo o Froilán González. Vale decir, que el turista bien puede elegir otro de los de la misma lista como el Café Tortoni, Los Galgos (Av. Callao 501), Bar Plaza Dorrego (calles Defensa y Humberto Primo) y el Bar Británico (Av. Brasil y Defensa).
El próximo destino es la majestuosa Avenida Alvear, también en La Recoleta. Con el encanto de París de fines del siglo XIX, es un paseo exquisito. Allí está el Museo Nacional de Bellas Artes, con la mayor colección argentina del país. También el Centro Cultural Recoleta, que suele exhibir muestras temporarias.
Luego, una pasada por la Basílica del Pilar, la segunda iglesia más antigua de la ciudad. Por supuesto que hay tiempo para conocer el atractivo más característico: el Cementerio. Sin dudas que es una de las necrópolis más famosas del mundo. Sorprende su ubicación en una zona residencial, pero es reconocido sobre todo por sus mausoleos y la historia de quienes están enterrados allí.
Hay presidentes argentinos como Domingo Faustino Sarmiento, Bartolomé Mitre y Raúl Alfonsín y figuras míticas de la historia nacional como Manuel Dorrego, Juan Bautista Alberdi y María Eva Duarte de Perón. El mausoleo de Evita es la tumba más visitada.
Dentro de la bóveda de fachada de mármol está embalsamada la ex primera dama, mujer de Juan Domingo Perón. Su cuerpo había sido robado en 1955 luego de un golpe militar y fue ocultado en un cementerio en Italia. En 1971, con el regreso del exilio de Perón, fue repatriado a Argentina y se enterró ocho metros debajo para evitar otro posible robo.
También hay otro tipo de historias, como por ejemplo la del primer vicepresidente del país, Salvador María del Carril, quien tiene una estatua sobre su tumba que mira el horizonte. Fue encargada por su esposa, que dejó la orden expresa de que este busto mirara al lado contrario del propio, por la pésima relación que el matrimonio había tenido en vida.
El obelisco, la próxima parada. Para acceder es preciso hacer una combinación de subtes que se especifica claramente en los mapas. De allí al Teatro Colón, donde se realizan visitas guiadas inclusive feriados, entre las 9 y las 17 cada 15 minutos.
A continuación es el turno de recorrer la Avenida de Mayo, que conecta el Palacio del Congreso de la Nación con la Plaza de Mayo.
Llega entonces el tiempo de ir a la plaza del Congreso, después el Palacio Barolo, que hasta 1935 fue el rascacielos más alto de la ciudad.
De allí a la calle Florida, con entrada a la Galería Güemes y Galerías Pacífico. Ya en Plaza de Mayo, se ve la Casa Rosada. Enfrente, el Cabildo y la Catedral Metropolitana, sede principal de la Iglesia Católica.
Para la hora del almuerzo la recomendación es Puerto Madero. De un lado de los diques están los tradicionales docks de ladrillos rojos que fueron reciclados en lofts, oficinas corporativas y restaurantes famosos. Del otro lado, están las torres de vanguardia y hoteles cinco estrellas, también ampliando la oferta gastronómica.
El entorno es adorable, pero para aprovechar el día es preciso seguir hasta el barrio de la Boca – se accede en colectivo-.
La tarde va cayendo, y todavía resta Palermo con sus tiendas de diseño, restaurantes de autor, bares de vanguardia, bodegones y cervecerías con terraza. Muchos de estos se encuentran alrededor de la Plaza Cortázar, popularmente conocida como Plaza Serrano. El cierre de lujo de este periplo bien puede ser en la intersección de calles Armenia y Cabrera, para bailar una milonga.