Un grupo de entidades busca confeccionar un mapa de Chagas en Argentina. Éste permitirá distinguir rápidamente los niveles de riesgo en diferentes zonas del país y asignar recursos de manera efectiva.
Inicialmente suponen que los movimientos migratorios podrían estar trasladando la infección.
Según advierten, Argentina no cuenta con un relevamiento certero y actualizado sobre la realidad de la enfermedad. Las estimaciones disponibles sugieren que 1.5 millones de habitantes están infectados y otros 7 millones tienen riesgo de contraer la enfermedad.
La Fundación Mundo Sano y la Fundación Bunge y Born, entidades sin fines de lucro, trabajarán con Grandata, una empresa con sede en San Francisco que se dedica a la aplicación de "Big Data" a las relaciones sociales y el comportamiento humano.
Se utilizarán diversas fuentes de datos para localizar aquellas áreas del país donde, vía fenómenos migratorios, podría haber un número significativo de personas con Chagas que desconocen su estado, o no acceden al tratamiento.
El proyecto parte de la hipótesis de que los grupos poblacionales que tienen un alto nivel de comunicación con zonas endémicas como el Gran Chaco, ya sea que hayan vivido o tengan vínculos con esas zonas, tienen mayor probabilidad de estar infectadas
El procedimiento es combinar miles de millones de registros anónimos de llamadas telefónicas con bases de datos epidemiológicos, sociodemográficos y sanitarios, a fin de identificar patrones migratorios e inferir potenciales nichos de infección por Chagas.
Según informan, aspiran a que pueda ser útil también para otras enfermedades infecciosas que afectan a poblaciones en situación de vulnerabilidad en Argentina.
Además esperan que se transforme en una herramienta útil para el diseño de políticas públicas.
Endémica en Mendoza
La principal vía de transmisión del parásito es a través del vector Triatoma infestans (vinchuca). Sin embargo, la vía congénita ha ido aumentando su incidencia a medida que mejoraba el control de la transmisión vectorial y la transfusional. Es una enfermedad asociada a la pobreza.
El Ministerio de Salud local advierte que Mendoza está dentro del área de mediana endemicidad para esta enfermedad, debido a condiciones ambientales propicias, hábitat ideal para su multiplicación y zonas de difícil acceso. Por ello, cada tanto aparecen vinchucas circulando por ahí lo que suele ocasionar preocupación en la gente. Lo que hay que tener en cuenta es que hay que analizarlas ya que sólo implican un riesgo aquellas que están infestadas.
En 2015 se estimaba que nacían 36 niños por año con la enfermedad, debido a que su madre estaba infectada
Transmisión
Médicos sin Fronteras explica en una publicación que "el vector que transmite el T.cruzi es un insecto conocido como triatomino, o llamado popularmente vinchuca, chinche picuda o barbeiro según la zona geográfica. Este insecto vive en las grietas de paredes y techos de las viviendas construidas con ladrillos de adobe, ramas o paja, es decir las viviendas más precarias".
Agrega además que "en los países endemicos, la vía de transmisión clásica es la vectorial: el parásito pasa a la persona a través de las heces del insecto depositadas en la piel o en la mucosa. Existen otras vías de transmisión no vectoriales, como la transmisión de madre a hijo durante el embarazo, las transfusiones de sangre, el trasplante de organos y la ingesta de alimentos contaminados. No se transmite por contacto directo con personas infectadas".