Trabajos de investigación sobre las culturas agroalfareras precolombinas de la provincia de Catamarca se encuentran entre los pioneros de la arqueología nacional argentina. Por este motivo, y por los sitios históricos que alberga y la manera en que su paisaje natural y humano se vincula con los vestigios de las comunidades que supieron habitarla en tiempos precoloniales, hay quienes anhelan que Santa María de Yokavil, cabecera del departamento Santa María en el extremo noreste de la provincia, pueda convertirse en la Capital Nacional de la Arqueología. En el presente, sin dudas, su riqueza histórica constituye un atractivo turístico que conquista cada vez a más visitantes.
Dos sitios inmediatos a Santa María de Yokavil conservan resabios de la vida incaica y preincaica de la región: "La Ventanita" (Intiwatana) de Fuerte Quemado, con una significación simbólica que permite acercarse a la cosmovisión originaria en medio de un paisaje imponente; y los restos de la ciudadela de Cerro Pintado en la localidad de Las Mojarras.
En el centro de Santa María de Yokavil, el museo Eric Boman, en un edificio prestado por el municipio que contiene y expone piezas de la cultura precolombina que ayudan a repasar la línea histórica que atraviesa a la región e interpretar los símbolos con los que se cruza constantemente cada viajero que se dispone a recorrerla. El reciente desarrollo del turismo arqueológico en estos pueblos, con la revalorización de las viviendas tradicionales, las costumbres y los saberes populares, y con los mismos pobladores como principales promotores y divulgadores; ayuda a interpretar el relato de una manera vivencial.
Actualmente se está trabajando en un parque arqueológico sagrado, unos tres kilómetros al sur de Santa María de Yokavil, en un sector conocido como "Rincón Chico"; y se proyecta la creación del Polo Científico Arqueológico de Interpretación de las Culturas Andinas, un ambicioso espacio donde convergerían la investigación y la divulgación arqueológica y paleontológica, en un sitio acondicionado especialmente para albergar los vestigios recuperados en la región.
Entre los cientos de vestigios de la vida precolonial que pueden encontrarse en la geografía actual del departamento catamarqueño de Santa María, el pucará de Cerro Pintado en Las Mojarras es uno de los más destacados y de los que más atención genera entre los visitantes. Emplazado a la vera de la mítica Ruta 40, a 4 km de Santa María de Yokavil, se trata de un sitio de fácil acceso, que supo ser en tiempos anteriores al Imperio Inca, una fortaleza con características defensivas. Está emplazado sobre una lomada y su recorrido demanda una hora y media entre la ida y la vuelta. En la parte alta hay construcciones originales, con muros de contención, plazas, talleres y casas, que permiten imaginar la vida antigua en ese lugar.
El pucará del Cerro Pintado de Las Mojarras ha sido declarado monumento histórico nacional en 1994 y cuenta con un cuidador del área de Antropología de la provincia.