¿Cuánto comer, cada cuánto tiempo, qué? Alimentarse bien es sencillo, alcanza con seguir estos mandamientos de los expertos para nunca equivocarse.
Decile no a las panzas vacías. La sugerencia general en relación a la frecuencia de las comidas es que alimentarse entre cinco y seis veces al día mantiene el metabolismo acelerado, y que consumir el desayuno todos los días es esencial. ¿Pero es ésto realmente cierto?
El dilema del desayuno. Si bien algunos estudios observacionales sugieren que las personas que no desayunan tienen más chances de volverse obesos, lo cierto es que ésto probablemente tiene más que ver con el hecho de que las personas que evitan el desayuno tienden a ser menos saludables en general.
Pero la verdad es que no existe una necesidad fisiológica de desayunar y el desayuno no es más importante que el resto de las comidas. Así, el consejo ideal a seguir es muy simple: si se tiene hambre a la mañana, es mejor desayunar. Si no, comer saludablemente durante el resto del día es suficiente.
¿Mayor frecuencia, mejor metabolismo? La cantidad de veces que se come al día no necesariamente tiene relación con el metabolismo. Lo que determina la cantidad de energía que se gasta durante la digestión es la cantidad total de alimentos que se consumen en el día.
Y al momento de comparar las personas que consumen varias comidas pequeñas durante el día con las que comen menos veces pero en mayor cantidad, varios estudios mostraron que de hecho no hay diferencias en el rango metabólico ni en la grasa que se quema.
Frecuencia de comidas y azúcar en sangre. La afirmación general es que consumir pocas comidas abundantes a lo largo del día lleva a picos y caídas súbitos en el azúcar en sangre, lo cual podría derivar en un factor de riesgo de sufrir diabetes tipo 2.
Sin embargo, varios estudios arrojan que, de hecho, las personas que tienen el hábito de comer con poca frecuencia presentan niveles de glucosa más bajos que el promedio. Comer menos veces al día también parece elevar la saciedad.
Saltearse comidas ocasionalmente podría ser bueno para la salud. Recientemente, el ayuno intermitente se han comenzado a discutir como posible responsable de efectos beneficiosos como mejoras en la sensibilidad a la insulina y desecho de productos residuales por parte de las células.
Este sistema consiste en abstenerse estratégicamente de comer en algunos momentos del día, o de directamente programar dos días de ayuno por semana.
Y, según muestran algunos estudios, el metabolismo se aceleraría al principio de estos ayunos a corto plazo para hacerse más lento luego de dos o tres días. Es por eso que estos períodos de abstención de alimentos nunca deberían ser demasiado prolongados.