Confitería Colombo (Río de Janeiro, Brasil). Con más de 120 años de vida -abrió sus puertas en 1894-, la Confitería Colombo es sin duda uno de los últimos símbolos de la belle époque de Río de Janeiro. Situada en la calle Senador Gonçalves Dias, continúa siendo un elegante local decorado con enormes espejos belgas, estanterías de cristal y muebles inspirados en el art noveau, que forma parte del Patrimonio Histórico y Artístico de Río. Degustar sus afamados dulces y tomar una taza de café o de chocolate caliente sigue siendo una tentación y un auténtico placer para los sentidos durante todo el año.
New York Café (Budapest, Hungría). Aunque el New York Café original, inaugurado el mismo año que la Confitería Colombo, cerró sus puertas en 2001, en la actualidad podemos disfrutar de una réplica del original instalado en su mismo lugar, en la planta baja del hotel Boscolo de la capital húngara. Considerado por muchos como la cafetería más bonita del mundo, es un exclusivo local de decoración elegante, con impresionantes columnas, frescos, espejos y esculturas en el que sentarse a tomar algo hace que uno se sienta como un auténtico rey.
Café Central (Viena, Austria). El café más emblemático de Viena, el Central, es un local refinado con más de 150 años que, desde sus orígenes, ha atraído a la élite intelectual de la ciudad. Entre sus clientes ilustres destacan nombres como los de Sigmund Freud o León Trotski. Tras una renovación, la cafetería permanece abierta al público ofreciendo como siempre excelente repostería y exquisitos conciertos de piano. Hay un mozo argentino. Por tanto, conocer la historia del lugar de mano de un compatriota, es buena idea.
Gran Café Gambrinus (Nápoles, Italia). Situado junto a la plaza del Plebiscito, el Gran Café Gambrinus se mantiene como el elegantísimo café que fue en sus orígenes, hace más de un siglo y medio. El local ha sido a lo largo de su historia refugio de poetas, políticos, intelectuales y artistas y refleja, como pocos, el espíritu de los cafés literarios típicamente europeos del siglo XIX. Cerrado en 1938 al ser acusado de refugio antifascista, abrió sus puertas de nuevo en los años 70. Si tienes ocasión de visitar Nápoles, no pierdas la oportunidad de sentarte a saborear su especialidad: la sfogliatella calda, acompañada de un café, mientras contemplas la bella decoración que te rodea.
Café Brasilero (Montevideo, Uruguay). Como muchas de las cafeterías que abrieron sus puertas durante la segunda mitad del siglo XIX, el actual Café Brasilero, el más antiguo de Montevideo, reabrió en 2008 tras ser reformado. Situado en el casco antiguo, es todo un símbolo de la modernidad y la bohemia de la capital. En la actualidad conserva su decoración de estilo art nouveau intacta y se ha convertido en una auténtica atracción turística en la que, además de deliciosos postres y cafés, es posible degustar algún que otro plato sencillo.
Maison Bertaux (Londres, Inglaterra). Situada en pleno Soho londinense, muy cerca del bullicio de Carnaby, encontramos Maison Bertaux, una deliciosa pastelería considerada la más antigua de Londres. La identificarás sin dificultad alguna por su fachada pintada de azul oscuro y sus toldos a rayas azules y blancas. Inaugurada en 1871 por un parisino que huía de la capital tras la invasión del ejército prusiano, esta pastelería francesa continúa sirviendo extraordinarios pasteles, aperitivos y bollería elaborada a diario de forma artesanal.
Café Gijón (Madrid, España). Sin duda, el Café Gijón precisa de pocas presentaciones. Situado en el número 21 del madrileño Paseo de Recoletos, se ha convertido desde su apertura en 1888 en toda una institución. Alrededor de sus mesas han tenido lugar algunas de las tertulias literarias más interesantes del país. Y es que a lo largo de los años, entre su clientela han destacado poetas, artistas y pensadores, como García Lorca o Valle Inclán. Tras superar momentos de crisis, el café sigue más vivo que nunca.
Café Tortoni (Buenos Aires, Argentina). El nacimiento de este local emblemático de Buenos Aires se remonta a 1858. Situado en la Avenida de Mayo, en el barrio de Montserrat, ha sido testigo privilegiado de la historia de la ciudad. Entre los clientes más ilustres que han frecuentado el local se encuentran Carlos Gardel, que tenía mesa reservada; Jorge Luis Borges o Federico García Lorca. Íntimamente ligado al tango y protagonista de numerosos títulos, el Café Tortoni se ha convertido en un auténtico símbolo y en un rincón agradable en el que todavía es posible degustar el tradicional helado de dulce de leche que tanto gusta a los argentinos.
Café Florian (Venecia, Italia). El café más antiguo de Europa -abrió sus puertas en 1720- ocupa un lugar privilegiado bajo los pórticos de la plaza de San Marcos, la gran plaza mayor veneciana. Como la mayoría de grandes cafés europeos, las salas interiores del Florian han sido frecuentadas a lo largo de su historia por personajes de la talla de Goethe, Dickens o Proust, aunque en la actualidad la clientela está compuesta por turistas de todo el mundo que pagan por una consumición precios prohibitivos.
Café Majestic (Oporto, Portugal). Situado en la rua Santa Catarina, en pleno centro de Oporto, el Café Majestic brilla con luz propia. Y es que este establecimiento, inaugurado en los años 20 del siglo pasado bajo el nombre de Café Élite, conserva el romanticismo de antaño. Decorado con mármoles y esculturas, fue en su día refugio de escritores, intelectuales, artistas y políticos y, más recientemente, de autores de éxito como J.K. Rowling, que escribió en sus mesas algunos de los capítulos de Harry Potter. Si viajas a la ciudad del Duero, no te pierdas una visita.
Les Deux Magots (París, Francia). Situada en pleno corazón del barrio de Saint Germain des Pres, en París, Les Deux Magots es una exclusiva cafetería frecuentada por grandes nombres como Ernesto Sábato o Jean Paul Sartre. Fue inaugurada en 1885 y hoy, 131 años después, es un selecto local con un servicio impecable, reservado a turistas y a parisinos adinerados.
Els Quatre Gats (Barcelona, España). Situado en la calle Montsió, en el casco antiguo de Barcelona, Els Quatre Gats ocupa los bajos de un edificio modernista diseñado por el arquitecto Josep Puig i Cadafalch. El establecimiento, inaugurado a finales del siglo XIX, abrió sus puertas como cervecería, restaurante y cabaret, aunque esta última actividad le duró poco. A lo largo de décadas, ha sido frecuentado por bohemios e intelectuales, como Pablo Picasso, que expuso su obra en el mismo local. Todavía hoy, un dibujo del pintor ilustra la carta.
Café Odeon (Zurich, Suiza). El Café Odeon, inaugurado en 1911, es uno de los locales más famosos y con más historia de la ciudad. Tras un edificio sin gracia alguna, el local, de estilo art noveau, ha sido frecuentado a lo largo de un siglo por políticos como Lenin o Mussolini, escritores como Thomas Man, o personajes como Mata Hari. En la actualidad continúa siendo un local animado en el que, además de tomar un café, es posible comer o tomar una copa.