1. Todo a la cama. El primer paso es poner en la cama toda la ropa, zapatos, accesorios y artículos de higiene personal que tenés pensado usar, con el objetivo de tener un panorama global de las prendas que se parecen y de lo mucho o poco que pretendes cargar en la valija.
2. Lo básico tiene "onda". El segundo paso es pensar en los diferentes looks, de acuerdo con el clima y las actividades que vas a realizar. Cada prenda tiene que darte la posibilidad de hacer diferentes combinaciones para cada día. Si dudas, no la lleves.
3. Ligero como una pluma. Salvo que viajes a un destino de clima frío, dejá en casa las prendas voluminosas o accesorios engorrosos. Lo mejor es llevar prendas básicas que se puedan doblar de forma sencilla y que no ocupen tanto espacio. El espacio y el peso de la valija son "sagrados".
4. A doblar. Una vez que hayas armado los looks y descartado lo que no vas a llevar, es momento de doblar usando el método Konmari: en vez de guardar las prendas una arriba de la otra, lo recomendable es hacerlo de forma vertical, como si fuera una biblioteca en la que podés ver todos los libros. Las prendas más delicadas o voluminosas van en la parte superior de la valija.
5. Komono. Marie Kondo se basa en el concepto de Komono cuando se trata de organizar artículos pequeños. Muchas veces guardamos entre la ropa objetos como cargadores, artículos de baño, maquillaje y otros accesorios para que no se rompan. Pero, para evitar accidentes, es mejor designar un lugar especial en la valija utilizando pequeños organizadores de material flexible.
