Que se retomen alternativas retro, y se reproduzcan de la mano de los popes de la moda, en formato fashionista, no llega a salvar del todo las opciones algo estridentes o desmesuradas que muchas prendas o accesorios de los '80, nos dejaron.
Y aunque sea de la mano de los referentes de la moda, grandes firmas o diseñadores, llama la atención el exceso en la tendencia, aunque se valora el estilo desprejuiciado de la apuesta.
En todo caso dependerá de cada quien la forma en que elige o no, tomar algo de la tendencia vintage.
En esta nota un pequeño ranking, que habla por sí mismo.
1. Las "maxi zapatillas" deportivas
Según los expertos, esta moda surge del normcore, que consiste en evitar lucir marcas lujosas y, en cambio, atenuar el aspecto con un accesorio más discreto y sin importancia. Si bien el calzado sporty ha existido desde siempre, y las zapatillas se adaptaron con líneas más delicadas, en cuero, con apliques o simplemente lánguidas y elegantes, la anti-moda de los 80 y 90 sumó los zapatillones de suela ancha deportivas. Deslucidas y casi con línea ortopédica, dicen que eran usadas exclusivamente por los padres anti-moda y, por ese motivo, se encasillaron como el estereotipo de ridiculez. Pero las marcas y firmas de lujo cambiaron esto y las reversionaron con sus propios sellos. Y si bien de la comodidad nadie se queja, estéticamente no serían las más refinadas. Ya dice el dicho: “sobre gustos...”.
2. Riñoneras
Difícil olvidar esa década en que la practicidad le ganó la pulseada al buen gusto. Las riñoneras adosadas a la cintura permitían llevar lo que se deseara, a costa (claro está) de una tendencia bastante poco agraciada.
Se retomaron de nuevo y se reversionaron en formato fashionista.
Eso sí, aún pueden verse algunas que circulan fieles al formato con el que nacieron.
3. Hombreras
Si alguna vez pensaste que se fueron para no volver, o si las amaste y creíste que no las verías más, las hombreras toman nuevamente la pulseada para ser protagonistas en blazers, camisas, blusas y hasta vestidos.
Pueden ser o muy excesivas, o moderadas y con guiños más fashionistas o modernizados. Como sea en su medida justa lucen en las diversas prendas.
4. Locas por el velvet
En otros tiempos llamadas de plush, las texturas en velvet (terciopelo) marcan agenda fashionista.
¿Por qué? Porque es una vuelta no sólo nostálgica, sino aceptada ya que se diversifican en vestidos de noche, faldas, batas, suéters y hasta botas.
Lo mejor de todo es que los tonos son para todo el día.
5. Los tonos metálicos y estridentes en las botas
Como si se tratara casi de las botas de la “Mujer Maravilla” de antes, o más glam con charol, terciopelo, o muy disco (en tonos metalizados) y hasta en blanco, los colores y diseños de tacos y cortes de botas no dejan de asombrar. Y es que si bien la mirada moderna se suma (herrajes, apliques, detalles, cierres), se retoma lo retro de otras décadas para lucir diseños increíbles.