Cloaca a cielo abierto, contaminación y desidia oficial

Cloaca a cielo abierto, contaminación y desidia oficial
Cloaca a cielo abierto, contaminación y desidia oficial

Un derrame cloacal que con cierta intermitencia se producía sobre el Zanjón Frías desde una acequia godoycruceña pegada al puente sobre Paso de los Andes, se hizo permanente desde que asumió Francisco Pérez la gobernación de Mendoza, en diciembre de 2011. Han pasado varios años, y la pequeña pero pestilente catarata continúa.

Inicialmente llamé a Aguas Mendocinas y al denominado Ente Regulador. Supuestamente tomaron nota pero la única actuación de algún organismo oficial fue la precaria construcción de un bordo con material de arrastre y sedimentos del Zanjón para, presuntamente, “contener” las aguas cloacales en un tramo de poco más de cien metros, supongo que para ralentizar el contacto con las aguas limpias que corren en ocasiones y se incorporan finalmente al canal Cacique Guaymallén, cuyos caudales riegan las verduras que comemos.

Esa "construcción" actúa, en realidad, como una especie de pileta de oxidación, para que el sol y las bacterias disminuyan la toxicidad de esas aguas pútridas. Los metales pesados u otros compuestos químicos potencialmente peligrosos pasan de largo.
Aguas abajo, entre Paso de los Andes y Martínez de Rozas/Necochea, existía desde hace varias décadas un pequeño ecosistema con abundante vegetación y variada flora (periódicamente arrasada en las "limpiezas" -por llamarlas de alguna manera- del cauce), pero también con poblaciones importantes de sapos (Rhinella arenarum), insectos varios y aves que se nutrían de ellos.

Con el derrame cloacal, sólo subsisten las plantas. Era muy agradable, en las templadas noches de los octubres, escuchar el despertar de las comunidades de sapos que, en el silencio nocturno, inundaban con su coro las inmediaciones y nos recordaban que todo renacía y avanzaba el impulso de la reproducción para la generación y prolongación de la VIDA. El sapo es un animal muy sensible a los cambios ambientales y a la contaminación. Desde diciembre de 2011, la cloaca al aire libre los exterminó, lo mismo que el pequeño ecosistema en el que se desarrollaban.

La inmundicia cloacal está a la vista de todos; sus olores y la contaminación también. Así como las autoridades promueven el turismo del vino, del aceite de oliva, maratones internacionales, fiestas gastronómicas, etc., también podrían mostrar a los visitantes, nacionales y extranjeros, que no nos privamos de nada y que tenemos una catarata de excrementos para exhibir junto con una Secretaría de Ambiente y un Ministerio de Salud Pública. La Biblia y el calefón.

Quienes desde el gobierno se presentaron como el “cambio”, dan, en este aspecto, la sensación de una pura continuidad.

Rodolfo Richard-Jorba
Instituto de Ciencias Humanas (INCIHUSA) Centro Científico Tecnológico CONICET Mendoza

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA